“Las naciones se llenaron de ira,
APOCALIPSIS 11:18
pero ahora el tiempo de tu ira ha llegado.
Es tiempo de juzgar a los muertos
y de recompensar a tus siervos, los profetas,
y también a tu pueblo santo
y a todos los que temen tu nombre,
desde el menos importante hasta el más importante.
Es tiempo de destruir
a todos los que han causado destrucción en la tierra”.
Importante conocer qué es lo que enseña la Biblia: el planeta Tierra es hogar de más de 7.400 millones de seres humanos, y miles de especies de flora y fauna que, junto a muchos otros elementos que conforman el medio ambiente; y es de suma importancia su cuidado y preservación.
La Tierra la creó Dios, quien designó administradores a Adán y Eva. Esto no significa que Él haya renunciado a sus derechos sobre su creación, sino que concedió su gestión a los humanos, quienes tienen la responsabilidad de cuidarla en su nombre.
“Los cielos pertenecen al Señor,
SALMOS 115:16
pero él ha dado la tierra a toda la humanidad.”
“La Tierra es del Señor y todo lo que hay en ella;
SALMOS 24: 1 Y 2
el mundo y todos sus habitantes le pertenecen.
Pues él echó los cimientos de la tierra sobre los mares
y los estableció sobre las profundidades de los océanos.”
También nosotros somos parte de la creación de Dios, tan dependientes del Creador como todas las demás criaturas.
Y por ese motivo es tan importante todo lo que se refiere al cuidado de uno mismo en cuerpo, mente y espíritu.
“El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara;
GÉNESIS 2:15
pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto,
“excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás”.
¿Deben los cristianos preocuparse por el medio ambiente?
A veces, los cristianos son reacios a tomar en serio los temas ambientales. A muchos les parece importante hablar de Jesús pero no profundizar en las enseñanzas de Jesús.
Mucho menos atender a los propósitos de Dios para su creación.
Ahí aparece una contradicción: la Biblia afirma que Jesús murió y resucitó para reconciliarnos con Dios, y también para reconciliar al resto de la creación con Él.
Por lo tanto, por ejemplo, es muy importante tener un ministerio hacia el medio ambiente.
La actividad humana está alterando la salud del planeta como nunca antes.
No resultan una teoría sino una evidencia los problemas tales como el calentamiento global y la contaminación, la deforestación y el cambio climático.
Un cristiano no puede avalar los intereses empresariales que promueven la subestimación de lo que está sucediendo. La codicia es el tema del mandamiento N°10 entregado en la tabla de la Ley Eterna a Moisés en el monte Sinaí: esto es lo que dice la Biblia. Algunos pueden considerarlo una mitología pero para quien se autodenomina ‘cristiano‘ es cierto.
Jehová Dios hizo la Tierra para que fuera el hogar de la humanidad. Al ver su obra, la calificó de ‘muy buena’ y le encomendó al hombre que ‘la cultivara y la cuidara’ (Génesis 1:28 y 31; también Génesis 2:15).
¿Cuál es la opinión de Dios al contemplar la situación presente?
En Apocalipsis 11:18, la visión que tuvo el apóstol Juan es muy precisa.
Es más: a él se le pidió que dejara constancia de que Dios borrará todo vestigio del daño causado por los humanos.
“Y el que estaba sentado en el trono dijo: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo: «Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza“.
APOCALIPSIS 21:5
¿Cómo demostramos que respetamos y participamos del punto de vista de Dios sobre su creación?
Él enseñó ciclos naturales para mantener limpios el aire, el agua y el suelo.
“Con sabiduría el Señor fundó la tierra,
PROVERBIOS 3:19
con entendimiento creó los cielos.”
“Siembra y recoge tus cosechas durante seis años,
ÉXODO 23:10 Y 11
pero el séptimo año deja que la tierra se renueve y descanse sin cultivar. Permite que la gente pobre de tu pueblo coseche lo que crezca por sí mismo durante ese año. Deja el resto para que coman los animales salvajes. Haz lo mismo con tus viñedos y olivares.”
Nuestras acciones deben armonizar con tales procesos.
Sigue vigente una enseñanza fundamental de Jesús de Nazareth:
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
MARCOS 12:31
El segundo es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Ningún otro mandamiento es más importante que estos.”
En el desierto hacia Canaán, Dios les enseñó hábitos saludables a los israelitas.
Por ejemplo, que enterraran los excrementos humanos “fuera del campamento” (Deuteronomio 23:12 y 13), para mantener el lugar en condiciones higiénicas.
Otro ejemplo, cuando los israelitas expresaron el deseo de comer carne en el desierto, Jehová les proporcionó codornices en abundancia. Sin embargo, el pueblo se dejó llevar de la avidez y abusó egoístamente de esta dádiva, lo que encendió el furor de Jehová (Números 11:31-33).
Él no ha cambiado desde entonces. Los cristianos de verdad evitan el derroche y toda avidez.
Jesús se opone al derroche. Cuando Él realizó el milagro de alimentar a una gran multitud, mandó que se recogieran los panes y los peces que habían sobrado (Juan 6:12). No permitió que se desperdiciara nada de lo que su Padre había proporcionado.
“Si al atacar una ciudad la guerra se prolonga, no debes cortar los árboles a hachazos. Puedes comer de los frutos, pero no derribes los árboles. ¿Acaso los árboles son enemigos a los que tienes que atacar?”
DEUTERONOMIO 20:19
Otro ejemplo del equilibrio propiciado por Dios es la hoy llamada ‘justicia social‘, que fue una revolución para aquellos tiempos, y la introdujo Dios en un mandato a su pueblo:
“La tierra no debe venderse a perpetuidad, porque la tierra es mía. Tú solamente eres un extranjero y un arrendatario que trabaja para mí.
LEVITICO 25: 23 AL 28
Con cada compra de tierra tienes que concederle al vendedor el derecho de volver a comprarla.
Si uno de tus hermanos israelitas se empobrece y se ve obligado a vender alguna propiedad familiar, un pariente cercano debería comprarla para él.
Si no hay un pariente cercano para comprar la propiedad, pero la persona que la vendió consigue suficiente dinero para volver a comprarla,
entonces la persona tendrá el derecho de recuperarla del que la compró. Se descontará el precio de la tierra según el número de años que faltan para el siguiente año de jubileo. De esta forma el primer propietario podrá regresar a su tierra.
Sin embargo, si al primer propietario no le alcanza para volver a comprar la propiedad, esta quedará en poder del nuevo propietario hasta el siguiente año de jubileo. En el año de jubileo, la propiedad volverá a los primeros dueños, a fin de que ellos puedan regresar a la tierra de su familia“.
Otro ejemplo:
“No oprimas a los extranjeros. Tú sabes lo que es ser extranjero, porque tú también fuiste extranjero en la tierra de Egipto.”
ÉXODO 23:9
Y otro ejemplo:
“Si encuentras extraviado el buey o el burro de tu enemigo, devuélveselo a su dueño.
ÉXODO 23: 4 AL 6
Si ves que el burro de alguien que te odia cayó debajo de su carga, no pases de largo. Detente y ayúdalo.
Ante una demanda judicial, no le negarás la justicia al pobre.”
Dios es maravilloso. El problema son los falsos cristianos.
Pero cada cual responderá de sus actos.
“Pues cada uno es responsable de su propia conducta.”
GÁLATAS 6:5
El Creador encomendó a los humanos la tarea de cuidar la Tierra. La gratitud por esta asignación, la humildad y el respeto que sentimos por Dios y sus obras creativas deben motivarnos a tratarla con la mayor consideración posible. Nos hayamos o no bautizado en el río Jordán, al fin de cuentas sólo un evento turístico para alimentar algunas billeteras.