En la fiesta de Hanukkah (también conocida como la Fiesta de las Luces, una festividad judía que conmemora la dedicación del 2do. Templo de Jerusalén, luego del cautiverio a manos de medos y persas) celebrada en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump presentó a sus invitados una de sus órdenes ejecutivas, titulada “Combatir el antisemitismo”.
Su objetivo declarado es asegurar que en aquellas instituciones educativas que reciben fondos federales, los judíos sean protegidos contra la discriminación bajo el Título VI de la Ley de Derechos Civiles de 1964.
“Este es nuestro mensaje a las universidades: si quieres aceptar la enorme cantidad de dólares federales que recibes cada año, debes rechazar el antisemitismo“, dijo Trump.
La acción ejecutiva del mandatario republicano amplía el alcance del Título VI de la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe la discriminación por motivos de raza, color y origen nacional, pero no por religión. En adelante, el texto debe incluir entre lo penalizable, el ‘odio antisemita’, según informó la Casa Blanca en un comunicado.
Al aplicar el Título VI contra la discriminación antisemita, las agencias gubernamentales considerarán la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, según sus siglas en inglés) y los ejemplos mencionados por esa organización intergubernamental.
La IHRA considera que las manifestaciones de antisemitismo pueden incluir ataques contra el Estado de Israel, concebido como una colectividad judía, y entre los ejemplos contemporáneos de discriminación menciona ‘denegar a los judíos su derecho a la autodeterminación, alegando que la existencia de un Estado de Israel: es un empeño racista’.
Según la Coalición Judía Republicana, la orden es “un momento verdaderamente histórico e importante para los judíos estadounidenses“.
En tanto, la Unión Ortodoxa, la organización paraguas judía ortodoxa más grande de USA, al igual que el Comité Judío Americano, otra organización de defensa, también aplaudieron la acción del presidente.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, agradeció al presidente Trump por el decreto presidencial, y afirmó: “La libertad de expresión no es carta blanca para los ataques antisemitas contra el pueblo judío y el Estado de Israel“.
Sin embargo, según J Street, es “una medida cínica y dañina diseñada para suprimir la libertad de expresión en los campus universitarios, no para luchar contra el antisemitismo”.
Jeremy Ben-Ami, presidente de J Street, una organización que se define a sí misma como “pro-Israel, pro-paz”, dijo que el verdadero propósito de la orden era tomar medidas enérgicas contra los críticos del campus universitario.
“Creemos que es erróneo y perjudicial para la Casa Blanca declarar unilateralmente una amplia gama de críticas no violentas como antisemitas, especialmente en un momento en que el principal impulsor del antisemitismo en este país es el xenófobo blanco de extrema derecha nacionalista”, dijo Ben-Ami en un comunicado.
“El presidente Trump tiene cero credibilidad para tomar medidas significativas destinadas a combatir el flagelo del antisemitismo del cual es parcialmente responsable“, dijo Halie Soifer, directora ejecutiva del Consejo Democrático Judío de América.
La política preelectoral
Aunque la orden ejecutiva tiene la intención general de ayudar a combatir incidentes antisemitas, puede estar dirigida particularmente al movimiento de ‘Boicot, Desinversión y Sanciones’, que protesta contra las políticas de asentamiento de Israel en tierras que son palestinas, y que provocó la intimidación a estudiantes judíos en los campus universitarios.
La Ley de Derechos Civiles de USA prohíbe la discriminación por motivos de raza, etnia u origen nacional por parte de las escuelas que reciben dinero federal.
Pero considerando que la legislación no cubre explícitamente la discriminación religiosa, la Administración Trump amplió la designación oficial de antisemitismo para cubrir la discriminación por motivos de raza, color u origen nacional.
La medida permitiría a la Administración responder más fácilmente a los incidentes que afectan a los estudiantes judíos, reteniendo fondos de aquellas escuelas cuyas críticas a Israel se consideran formas de antisemitismo.
La orden ejecutiva parece formalizar una decisión administrativa que se utilizó para resolver una reciente queja de la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación.
La unidad de Derechos Civiles alegó que una conferencia sobre Gaza en la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, discriminó a “estudiantes de ascendencia judía a causa de su origen nacional” en lugar de simplemente considerarlos “estudiantes judíos”, y que esto sucedió porque la legislación no reconoce la discriminación religiosa.
En ese caso, aunque la universidad no admitió una violación de la Ley de Derechos Civiles, acordó tomar una serie de medidas para garantizar que los estudiantes no estén sujetos a un ambiente hostil y responder a las denuncias de acoso antisemita.
La Liga Antidifamación (ADL, según sus siglas en inglés), que lucha contra el antisemitismo, acogió con beneplácito la orden ejecutiva y dijo en un comunicado que era “un paso importante para reconocer la creciente preocupación por el antisemitismo en los campus universitarios estadounidenses”.
“Esta Orden Ejecutiva proporciona una guía valiosa sobre el antisemitismo, brindando a las autoridades policiales y a los funcionarios del campus una herramienta adicional importante para ayudar a identificar y combatir este odioso odio”, dijo el CEO de ADL, Jonathan Greenblatt.
Él fue uno de los líderes judíos que criticó a Trump cuando el Presidente, en Florida, habló al Consejo Israelí-Estadounidense. El Presidente le dijo a la audiencia judía que, quizás, “no eran buenas personas” pero que seguramente apoyarían su reelección porque “no vas a votar a favor del impuesto sobre el patrimonio” (el aumento de impuestos es propiciado por la oposición del Partido Demócrata).
La auditoría anual de ADL de eventos antisemitas reportó 201 incidentes antisemitas en campus universitarios estadounidenses en 2018: 106 incidentes de acoso, 91 actos de vandalismo y cuatro casos de asalto.
Antecedentes
En 1987, la Corte Suprema de USA falló que los judíos podrían ser víctimas de discriminación racial porque una sección del Código -escrita en 1866– que garantiza los derechos de propiedad de los no blancos entendió que “raza” significa algo diferente de lo que significa ahora.
Por lo tanto, tal como el juez Byron White precisó en la sentencia, “los judíos y los árabes se encuentran entre los pueblos considerados razas distintas y, por lo tanto, dentro de la protección del estatuto“.
El Título VI prohíbe la discriminación en los programas y actividades con asistencia federal por motivos de raza, color y nacionalidad, pero no de religión. De todos modos, ha ocurrido cierto reconocimiento en la legislación federal de que los judíos (y otros grupos identificables por su religión) podrían tener derecho a protección por motivos distintos de la religión.
En 2004, la Oficina de Derechos Civiles en el Departamento de Educación, de la por entonces Administración Bush, declaró que un grupo en particular que tuviese una fe común podía, a la vez, estar sujeto a discriminación por motivos de raza o etnia. Entonces, explicó la carta, la Oficina “investiga el presunto acoso racial o étnico contra estudiantes árabes musulmanes, sijs y judíos“.
Esta posición fue reiterada en 2010 por Thomas Perez, fiscal general adjunto en la administración de Barack Obama: “Aunque el Título VI no prohíbe la discriminación basada en la religión“, escribió Pérez, “la discriminación contra judíos, musulmanes, sijs y miembros de otros grupos religiosos transgrede el Título VI cuando esa discriminación se basa en la ascendencia compartida, real o percibida, o características étnicas (…)“.
Entonces, consecuencia de la posición oficial de los dos predecesores de la Administración Trump (George W. Bush y Barack Obama), el gobierno federal ya incluía el antisemitismo en el ámbito del Título VI.
Sin embargo, ante la evidencia de un aumento en los incidentes antisemitas en los campus universitarios estadounidenses, fue renovado un debate acerca de la legislación federal que autoriza al Departamento de Educación a perseguir el antisemitismo, en el marco del Título VI.
A principios de 2019, el Senado aprobó un proyecto de ley titulado “Ley de Concientización sobre el Antisemitismo’, que le exigió al Departamento de Educación que “tome en consideración” la definición de antisemitismo adoptada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto “como parte de la evaluación del Departamento acerca de si una práctica fue motivada por una intención antisemita“.
La orden ejecutiva de Trump sigue de cerca esta novedad, y su propósito es atraer a los votantes judíos. Pero, en realidad, ni la Ley de Concientización sobre el Antisemitismo ni la orden ejecutiva lograrían nada que no pueda lograrse bajo la legislación vigente.
“A lo sumo, puede servir para alentar la actividad antisemita dentro del área de Educación y para notificar a los colegios y universidades que los federales están vigilando“, explicó la web Religion News Service.
Sin embargo…
Mientras ocurría este debate, también sucedieron otros acontecimientos.
Lo que parecía como otro tiroteo en USA, devino en la sospecha de un ataque antisemita que terminó en una suerte de disputa interna judeo-estadounidense.
Autoridades policiales de New Jersey y el alcalde Steven Fulop -quien lo escribió en su cuenta de Twitter-, dijeron a la cadena televisiva NBC que los autores del ataque fueron David Anderson, de 47 años; y su novia Francine Graham, de 50 años.
Todo comenzó, se especuló inicialmente, como una negociación de drogas que se complicó, y una pareja fue perseguida por la policía y ellos escaparon a un supermercado kosher, en el corazón de Nueva Jersey City, donde hay una población religiosa judía muy grande.
En concreto, ocurrió un largo tiroteo que terminó con 6 muertos: la pareja involucrada, un policía (Joseph Seals) y tres ciudadanos, de los cuales dos eran religiosos judíos de la comunidad jasídica (Moshe Deutch, de 24 años; y Leah Mindel Ferencz, de 33), quienes estaban adentro del supermercado.
Luego, el diario New York Post publicó que fuentes policiales dijeron que uno de los asesinos había dejado una carta en su vehículo, donde decía: “Hago esto porque mi Creador me lo hace hacer y odio a quien Él odia”.
David Anderson y Francine Graham pertenecían a la secta Israelitas Hebreos Negros (Black Hebrew Israelite), un grupo religioso marginado, que no está asociado al judaísmo tradicional, y que según los expertos es un ‘grupo de odio extremista‘ en USA.
El Movimiento Israelita Hebreo Negro está compuesto por algunos grupos o miembros que han expresado sentimientos antisemitas, sus blogs están cargados de división y racialismo donde buscan reivindicar el judaísmo como una exclusividad de los negros.
Este movimiento fue rotulado por diferentes organizaciones como un ‘grupo de odio’, con varias facciones antisemitas que se autodenominan ‘el verdadero pueblo hebreo’.
“Principalmente comercian con antisemitismo; ven a los judíos como impostores”, dijo Heidi Beirich, quien rastrea a los grupos extremistas y ha calificado a los Israelitas Hebreos Negros como un grupo de odio, porque, según ella dice, su ideología es informada por la intolerancia .
El extremismo negro se está alimentando del aumento del extremismo nacionalista blanco y está atrayendo reclutas. Tom Metzger, un líder supremacista blanco, llamó al Movimiento Israelita Hebreo Negro como “nuestros pares negros”.
Anderson había escrito en el pasado mensajes antisemitas y anti-policiales en las redes sociales.
El vehículo utilizado por la pareja estaba relacionado con el asesinato de un chofer de la aplicación Uber en la localidad de Bayonne (New Jersey).
Cuando el automóvil estaba estacionado frente al supermercado kosher, el policía Joseph Seals se acercó a intentar identificar a la pareja, y entonces le dispararon, matándolo en el acto.
El alcalde Steven Fulop relató que, entonces, según un video de cámaras de seguridad, los asesinos salieron del auto, cruzaron la calle disparando con 2 rifles largos y penetraron al supermercado, matando a 3 personas.
El alcalde confirmó que el ataque fue un ‘ataque de odio’ de judíos contra judíos, confrontación que también sucede entre islámicos, más allá del choque entre judíos y musulmanes. Y en el centro de la escena, Donald Trump, con su ambición sin límites de reelección 2020.