Recuperar la atención propia se ha vuelto un desafío en la era de la hiperconectividad y aún más acuciante se tornó en cuarentena.
A raíz del aislamiento, en un mismo espacio físico y sin delimitaciones temporales actualmente se teletrabaja, los niños “asisten” a clases y se realizan las actividades de ocio generalmente ligadas al consumo audiovisual.
Como resultado, surge un nuevo sujeto que muta en miras de una capacidad multitasking más perfeccionada, pero a costa de su bienestar.
Cómo recuperar la atención propia
La atención, en su adecuado equilibrio entre la concentración y la flexibilidad, es lo que otorga efectividad al estudiar y trabajar, potencia la memoria y agiliza la precisión en la toma de decisiones.
Pero no es un reto menor en el contexto actual, en el que se debe hacer frente a múltiples responsabilidades a la vez, a través de varios dispositivos y plataformas.
Sin embargo, el cerebro activa una de las distintas clases de atención de acuerdo a las necesidades, con mayor o menor facilidad.
A pesar de que existen múltiples categorizaciones del término en función de la dimensión de análisis, comúnmente se diferencian en:
- Selectiva
Hay muchos estímulos en pugna pero la persona se enfoca en una información puntual mientras se inhibe el resto. Puede darse en relación al espacio, el tiempo o los objetos. Por ejemplo, al conducir un automóvil se evita todo lo que no tiene relevancia para tomar decisiones de manejo.
- Dividida
Implica procesar simultáneamente dos o más exigencias, como mirar una serie, comer y responder mensajes en el celular a la vez.
- Alternada
Demanda cambiar el foco alternando actividades que exijen esfuerzos cognitivos diferentes para ser ejecutadas. Un escenario frecuente en el que se pone en juego esta capacidad es al cocinar, ya que mientras se revuelve algo al fuego también se corta algún alimento o se prepara la mesa.
- Sostenida
Cuando se requiere mantener un nivel eficaz de respuesta sobre un mismo asunto por un periodo largo de tiempo, como por ejemplo estudiar.
La puja entre lo interno y lo externo
Así como en momentos concretos se intenta estar pendiente de lo que proviene del exterior, si se precisa un enfoque interno aquella información puede tornarse en distractora. Este contraste se visualiza al comparar las necesidades entre una clase y un tiempo de lectura.
Sucede que lo extrínseco y lo intrínseco juegan un constante tire y afloje por obtener la atención. En esta dinámica, intervienen diversos factores que condicionan el resultado. Algunos de los que se desprenden de lo entrañable del sujeto son:
- Lo que represente un tema de interés personal orientará la mirada.
- La tendencia marca la dirección hacia lo que provoca emociones intensas.
- El estado de ánimo es determinante porque en circunstancias favorables la concentración se logrará con mayor efectividad y ante la angustia o estrés el esfuerzo debe acrecentarse.
- Lo que demande menos energía se verá más fácil de lograr.
- Es más atractivo lo que se alinea con el curso de pensamiento que se esté siguiendo en el momento.
- La mayoría de los factores están subordinados al estado físico, que es lo que permite o inhabilita ciertos procesos y por esto las sensaciones más básicas como el hambre, frío o sueño se verán prioritarias ante todo el resto.
Inmersos en el mercado de la atención
Del mismo modo que actúan aquellos indicadores internos, cada vez se multiplica más la información que se recibe continuamente desde los cinco sentidos y genera distracción.
No es nada novedoso, hace ya algunos años una investigación auspiciada por Microsoft observó que la capacidad de concentración se redujo de 12 a 8 segundos en 15 años.
En este escenario, ante la superabundancia en innovación y el agotamiento de los recursos creativos y originales, la publicidad se centra en captar el interés creando un mercado centrado en la atención de los consumidores.
Frente a un mundo con tales índices de demandas, es ventajoso conocer los estímulos externos que aumentan la susceptibilidad. Por eso, algunas de sus características son:
- Lo que incorpore movimiento es más atrayente
- A mayor cantidad de colores más fácil es desviar la mirada
- Aquello que sea más intenso y extenso es más llamativo
- Lo novedoso gana a lo familiar, ya sea algo nunca visto o que simplemente contraste con la tarea que se está realizando
- Si apela emocionalmente provoca más atracción
Estrategias para ejercitar la concentración
Aunque el aburrimiento es un momento indispensable para el ser humano y una respuesta del cerebro ante trabajos tediosos, con el pasar de los años se ha vuelto una consigna ardua evitarlo por periodos extensos de tiempo.
Sin dudas, las redes sociales han tenido mucho que ver y como respuesta se creó la categoría “ayuno digital” que propone desconectarse para hacer un uso consciente y reflexivo de la tecnología, según lo define la ONG Faro Digital.
Como las distracciones constantes son un elemento estresor, cuanto más tiempo se logre esquivarlas, más se entrena el cerebro. Algunas estrategias prácticas son:
- Dormir las 8 horas necesarias
- Diariamente hacer ejercicio o practicar un hobby en el que se logre más fácilmente la compenetración o flow
- Establecer horarios para revisar el celular durante periodos de estudio o trabajo
- Utilizar herramientas analógicas como relojes y alarmas en vez de depender del celular
- Dejar el móvil fuera del dormitorio para no irse a dormir y despertar con la pantalla
- Dedicar un día a la semana al ayuno digital completo
- Planificar pasar tiempo en la naturaleza
- Compartir tiempo con personas que tengan el mismo objetivo
Por último, la meditación en todas sus variantes es una de las tácticas más recomendadas para ejercitar la permanencia en una ocupación.
La autora Sally Welch del libro Conscientes y atentos, expresa particularmente que el mindfulness “nos impulsa a observar el ambiente en el que nos encontramos, acercándonos a él con interés, dirigiendo nuestra atención hacia las actividades cotidianas de una manera que mejora nuestra conciencia sobre nuestro entorno y nos proporciona una perspectiva que da proporción y equilibrio a nuestras experiencias”.