” La preocupación agobia a la persona;
PROVERBIOS 12:25
una palabra de aliento la anima .”
“El corazón contento alegra el rostro;
PROVERBIOS 15: 13 AL 15
el corazón quebrantado destruye el espíritu.
El sabio tiene hambre de conocimiento,
mientras que el necio se alimenta de basura.
Para el abatido, cada día acarrea dificultades;
para el de corazón feliz, la vida es un banquete continuo.”
Todas las personas nacen con unas características especiales y diferentes, pero muchas veces son aprendidas las maneras de comportarse o de enfrentarse a los retos de la vida.
Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes porque se le concedía más atención a lo racional del ser humano. Sin embargo, las emociones indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e, incluso, objetivos.
Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta.
Dios nos creó a Su imagen, y las emociones de Dios se revelan en las Escrituras; por lo tanto, Dios nos creó seres emocionales. Sentimos amor, gozo, felicidad, culpa, ira, decepción, miedo, etc. A veces, nuestras emociones son vivencias agradables, y a veces no.
En ocasiones, nuestras emociones están fundadas en la verdad, y en otras son “falsas” ya que se basan en premisas erróneas. En cualquier caso, las emociones son poderosas y reales para quien las está sintiendo. Y las emociones pueden ser indicadores útiles de lo que está sucediendo dentro nuestro.
Entonces, volvamos al comienzo: ¿qué son las emociones?
Respuesta: “Son reacciones físicas y psicológicas a algún evento
o a algo que nos ha sucedido. Las emociones se producen de manera automática y espontánea. Podemos observarlas externamente y son transitorias, es decir no duran para siempre. Todas las emociones son válidas. Sólo se respetan. No son positivas ni negativas.”
Es cierto: el problema no son las emociones. Sí pueden serlo las consecuencias de los hechos que desencadenan.
Dos ejemplos
Por ejemplo, en la historia antigua se recuerda aquella noche del año 328 a.C. cuando, en medio de un banquete en Maracanda (Uzbekistán), Alejandro Magno discutió con su amigo Clito el Negro -también amigo de su padre, Filipo II de Macedonia-, y terminó atravesándolo con una lanza.
Apenas Alejandro recapacitó acerca de lo que había hecho, él intentó suicidarse pero su guardia personal se lo impidió. La depresión intensa le duró tres días y luego decidió organizar un gran funeral para el asesinado, una forma de pedirle perdón.
Otro caso famoso es el intento de asesinato que, según el relato bíblico, el rey Saúl de Israel, durante un arranque de cólera, cometió contra su propio hijo Jonathan:
“Pero cuando el lugar de David siguió desocupado al día siguiente, Saúl le preguntó a Jonatán:
1RA. DE SAMUEL 20:27 a 33
—¿Por qué el hijo de Isaí no vino a comer ni ayer ni hoy?
Jonatán le contestó:
—David me rogó que lo dejara ir a Belén.
Me dijo: “Por favor, déjame ir, porque mi familia celebrará un sacrificio. Mi hermano me exigió que estuviera presente. Así que te ruego que me dejes ir a ver a mis hermanos”. Por eso no está a la mesa del rey.
Entonces Saúl se puso muy furioso con Jonatán.
—¡Tú, estúpido hijo de prostituta! —lo maldijo—. ¿Acaso piensas que no sé que tú quieres que él sea rey en lugar de ti, para vergüenza tuya y de tu madre? 31 Mientras ese hijo de Isaí esté vivo, jamás serás rey. ¡Ahora ve y búscalo para que lo mate!
—¿Pero por qué tiene que morir? —le preguntó Jonatán a su padre—. ¿Qué ha hecho?
Entonces Saúl le arrojó su lanza a Jonatán con la intención de matarlo. Por fin Jonatán se dio cuenta de que su padre realmente había decidido matar a David.”
Por ese motivo es tan importante concederle un marco a las emociones que permita una identificación y una expresión adecuada.
La Biblia dice que las personas deberían dejar sus emociones en manos del Espíritu Santo.
“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.
1RA. PEDRO 5: 7 Y 8
¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.”
“Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios.
EFESIOS 5: 15 AL 18
Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos.
No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.
No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo.”
“En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad,
GÁLATAS 5: 22 Y 23
humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!.”
En concreto: Identificar sentimientos, propios y ajenos ayuda tanto a uno mismo como a tus relaciones, a aprender habilidades importantes para vivir mejor tu día a día, y reconducir discusiones familiares, laborales, sociales y conducir tu vida sin quedar a merced de reacciones sino de respuestas.
La identidad de un problema
En 1972, tras haber estudiado las emociones de la tribu Fore, en Papúa, Nueva Guinea, Paul Ekman y Wallace Friesen dedujeron que existen seis emociones básicas universales:
** alegría,
** miedo,
** asco,
** tristeza,
** enojo, y
** sorpresa.
La mayor contribución de Ekman al estudio de las emociones fue demostrar cómo el rostro refleja las emociones de manera universal, de forma muy similar en cualquier cultura y raza.
A decir verdad, nuestro cuerpo transmite emociones. Los gestos, la mirada, la postura, el tono de voz, las palabras expresan lo que sentimos.
Esto lleva a elaborar una reflexión: Si tomamos conciencia de lo que transmitimos con el cuerpo, mejoraremos nuestra capacidad de comunicación con los demás.
Las emociones básicas tienen 3 funciones para la supervivencia del ser humano.
Nos preparan físicamente para adecuar nuestra conducta al entorno.
Nos motivan a la acción
Aportan gran cantidad de información, que nos permite comunicarnos.
MARTA
En forma bastante convencional, hoy día para ayudar a recordar e identificar las emociones se utiliza el acrónimo MARTA (Miedo, Alegría, Rabia, Tristeza y Amor). El título de esta nota afirma que MARTA es un continente: tal cual, porque de esas emociones básicas surge una trama compleja y vasta que alimenta y define el espíritu humano en cada momento.
Son las cinco emociones mas fuertes del ser humano. Pero también es interesante conocer algunos consejos a tener en cuenta para conocerlas.
Miedo: Es un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente o futuro. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. Es importante tener en cuenta que un individuo sin percepción del miedo no tendría la capacidad de advertir los peligros en las situaciones que viva.
Pero hay una promesa que también es una invitación:
“No tengas miedo, porque yo estoy contigo;
ISAÍAS 41:10
no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te daré fuerzas y te ayudaré;
te sostendré con mi mano derecha victoriosa.”
Amor: Es un concepto universal relacionado con la afinidad entre seres humanos, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico). Habitualmente se interpreta como un sentimiento y con frecuencia el término se asocia con el amor romántico. Sin embargo, no todos los amores son rosas porque existe el ‘amor tóxico’, que es el resultado de un manejo inadecuado de esta emoción.
Una definición notable, que es también una brújula en la noche:
“El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso
1RA. CORINTIOS 13:4 AL 7
ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas.
No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa.
El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.”
Rabia: Es un sentimiento muy fuerte de disgusto y generalmente antagónico. Cuando sentimos cólera o rabia nos sentimos invadidos, traicionados, desesperados y con impotencia; llegando incluso a sentimos mal acerca de nosotros mismos.
El tema merece alguna reflexión: la ira puede estar justificada en algunos casos: Nehemías sintió mucha indignación cuando se enteró de que se estaba maltratando a otros siervos de Dios (Nehemías 5:6).
A veces, Dios mismo siente ira. Por ejemplo, cuando su pueblo rompió la promesa de adorarlo solo a él y empezaron a servir a dioses falsos, “la cólera de Jehová se encendió contra” ellos (Jueces 2:13, 14).
Pero él también dice, y es indiscutible sabiduría:
“La persona enojada comienza pleitos;
PROVERBIOS 29:22
el que pierde los estribos con facilidad comete todo tipo de pecados.”
Tristeza: Es una de las muchas emociones humanas normales, o estados de ánimo, que todos tenemos. La tristeza es la emoción que se siente al perder algo importante, o cuando hemos sido decepcionados por algo, o cuando algo triste nos ha ocurrido o vemos que le ocurre a otra persona.
Esta frase obliga a recordar una situación acorde:
“Mientras comían, les dijo:
MATEO 26: 21 Y 22
—Les digo la verdad, uno de ustedes me traicionará.
Ellos, muy afligidos, le preguntaron uno por uno:
—¿Seré yo, Señor?”.
Alegría: Es estar lleno de felicidad, paz, amor y una sensación de bienestar.La alegría esta dentro de todos nosotros. Proviene de la sensación de ser amado, apreciar el don de la vida. Surge cuando hacemos lo que nos parece correcto. La alegría se relaciona con la diversión, pero no es exactamente lo mismo. La diversión depende de lo que suceda afuera: pasarlo bien. La alegría, de lo que sucede adentro.
La siguiente invitación resulta muy apropiada para la ocasión:
“Estén siempre alegres.
1RA. DE TESALONICENSES 5:16-18
Nunca dejen de orar.
Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.”
Inteligencia Emocional
Más recientemente irrumpió en escena la Inteligencia Emocional, que trata de conectar las emociones con uno mismo. También puede definírsela como la capacidad de interactuar con el mundo de forma receptiva y adecuada.
Características básicas y propias de la persona emocionalmente inteligente:
** Suficiente grado de autoestima.
** Positiva.
** Sabe dar y recibir.
** Empatía (entiende los sentimientos de los otros).
** Reconoce los propios sentimientos.
** Es capaz de expresar tanto los sentimientos agradables como los desagradables.
** Es capaz de controlar estos sentimientos.
** Ofrece motivación, ilusión, interés.
** Tiene valores alternativos.
** Supera tanto de las dificultades como las frustraciones.
** Tiene un equilibrio entre exigencia y tolerancia.
RULER es un acrónimo de las cinco habilidades de la inteligencia emocional:
• RECOGNIZE (Reconocer)
• UNDERSTAND (Comprender)
• LABEL (Etiquetar)
• EXPRESS (Expresar)
• REGULATE (Gestionar)
Probablemente, todo se resuma así:
“Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.”
JUAN 16:33