Para el contexto latinoamericano es complejo imaginar que la persecución a cristianos es una realidad actual, sin embargo es un hecho que aqueja a todos los continentes. La Lista Mundial de la Persecución indicó que en 2019 hubo más de 3000 cristianos detenidos, 4300 asesinados y 1847 iglesias atacadas.
Uno de cada nueve
En la oficina del Centro de Estudios sobre Derecho y Religión (Universidad Adventista del Plata), el doctor Adrián Maldonado expone su visión acerca de la situación actual de la persecución a cristianos.
En el escritorio que separa entrevistador de entrevistado, esperan los libros que pronto serán los primeros ejemplares de la biblioteca de libertad religiosa, uno de los proyectos del Centro. Iglesia, derecho, libertad, historia y religión son las palabras que comparten todas las portadas de las obras y que también hilan la conversación.
“Al escuchar la palabra persecución muchos piensan en el pasado y la historia de los primeros cristianos, otros piensan en el futuro como algo que sucederá en el tiempo del fin. Sin embargo pocos son conscientes de la persecución que viven 245 millones a razón de su fe. Uno cada nueve en el mundo, uno de cada seis en África y uno cada tres en Asia son víctimas de este problema. Claro que el cristianismo no es la única religión perseguida, la persecución no es monopolio de ninguna religión, ni perseguidor ni víctima”.
Contexto
¿En qué contexto se inscriben estas cifras?
Menciono algunos casos: en India los nacionalistas hindúes persiguen a adeptos de otras religiones, en Sri Lanka los monjes budistas alientan a turbas a que golpeen a cristianos y musulmanes, creyentes desplazados también de Myanmar. En Rusia la relación del Estado con la iglesia ortodoxa es cada vez más estrecha y en Nicaragua hay presos y muertes por el mismo motivo. Ni hablar de lo que pasa en China donde la política del gobierno es completamente anti religiosa, y millones de personas se reúnen en congregaciones clandestinas, muchas veces destruidas. En Estados Unidos y Europa se ve el resurgimiento de grupos xenófobos, nacionalistas y supremacistas que justifican la violencia a las minorías y en Bolivia se precipita una guerra civil con connotación religiosa de fondo.
Todo esto nos habla de un aumento de las hostilidades y violencia basadas en motivos religiosos en todo el mundo.
¿Y cuál es la coyuntura política y social que enmarca estos casos?
Aquella primavera de las democracias de los 90 ha desaparecido y en cambio hay cada vez más gobiernos totalitarios y populistas de distintos pelajes, muchos nacionalistas con matiz religioso. Esa ilusión que teníamos antes de 2001, por tomar un hito histórico, de poder estar en cualquier parte del mundo ya no la tenemos. Un ejemplo claro es Turquía que ha sido laico desde su surgimiento y está cada vez más cercano a un Estado islamista. Se suman además otros factores como la globalización del comercio, el desplazamiento de personas entre países y la tecnología que irrumpe las comunicaciones.
Características
Si tendrías que definir los puntos principales que motivan las persecuciones, ¿cuáles serían?
Hay muchas razones y seguro que mi enumeración va a ser arbitraria. Pero considero que hay cinco muy importantes: el fanatismo religioso, el nacionalismo con orientación religiosa, el secularismo antireligioso, las políticas gubernamentales orientadas por grupos religiosos y la necesidad de seguridad ante el miedo que muchas veces genera reacciones violentas.
La persecución puede manifestarse en diferentes tipos de opresión: en el ámbito privado, familiar, social, estatal o eclesial. También puede decantar como violencia, involucrando así daños físicos o materiales en uno o varios espacios de la vida. En este sentido, el doctor Maldonado explica que “hay que distinguir la persecución estatal de las hostilidades de grupos de personas de la sociedad. En el mundo hay un 79-80% de las personas viven en Estados donde la violencia con motivos religiosos es alta”.
Laicidad
¿En qué momento de la historia de la laicidad estamos?
Primero nos enfrentamos a la complejidad de definir qué entendemos por laicidad. Lo cierto es que es un concepto occidental que separa en dos esferas lo religioso de lo político. Por otro lado, es difícil homogeneizar a todo el mundo, ni siquiera Latinoamérica se puede generalizar con todo Occidente. Por ejemplo lo que pasa en Estados Unidos es muy diferente a Europa.
¿Por qué no se puede hablar de una generalización de la laicidad?
Se corre el peligro de pensar países diferentes como una unidad. No puedo dejar de advertir que muchas veces se extrapolan procesos políticos para pensarlos en otros contextos, como el caso de Brasil aplicado a Chile. Son países muy diferentes, sólo por mencionar un dato: para el 80% de los brasileños la religión es muy importante pero es así solo para el 40% de los chilenos.
Occidente
¿Qué sucede en Occidente a la par de estos procesos?
También asistimos a procesos, quizá más imperceptibles, en los que los nacionalismos resaltan volver a los orígenes, a la cultura, a cuestiones étnicas y religiosas que se exteriorizan en diferentes partidos. Es lo que sucede con el aumento de la discriminación occidental hacia musulmanes.
¿Cómo se puede explicar la realidad de la persecución a cristianos en otras partes del mundo cuando en Occidente (y más aún en Latinoamérica) no parece algo cercano?
Quizá eso es peligroso también porque en Argentina se habla del crisol de religiones, como si fuera incluso un producto de exportación. Sin embargo hay muchas situaciones que no llegan a ser violencia física pero sí están relacionadas a la discriminación hacia cristianos. Aunque la Corte Suprema de la Nación dice que Argentina es neutral en materia religiosa, yo no diría que es un país laico, no parece serlo.
Respuestas
¿Cuál es tu respuesta ante la acentuación de las condiciones que generan sociedades y Estados que persiguen a cristianos?
Ante algo que nos parece ajeno es importante informarse, estudiar, conversar, instruirse. Luego comprometerse con la defensa y promoción de la libertad religiosa para todos, no únicamente para cristianos sino con el concepto de dignidad humana en sí. Practicar el respeto y diálogo, denunciar todo tipo de discriminación y abuso.
¿Cómo actuar ante este problema desde la región en la que estamos dónde no es tan frecuente la persecución a cristianos?
Uno podría preguntarse si hablar acá de lo que pasa en Irak o Afganistán sirve de algo. Yo creo que sí, que no hay que banalizarlo. Aunque advierto el peligro de la instrumentalización de la libertad religiosa por parte de gobiernos y grupos de poder con fines que no son defenderla en sí misma.
“Alguien dijo el nacionalismo se cura viajando, yo creo que la violencia religiosa se cura dialogando”
Por Elizabeth Maier