“Enmienda XIII” (Netflix): El racismo se reinventa en Estados Unidos pero también se fortalece el movimiento Black Lives Matter.
Primero esclavos, luego criminales
“Estados Unidos alberga al 5% de la población mundial pero también al 25% de los prisioneros del mundo” son las palabras introductorias del documental de Ana DuVernay, la misma directora de “Así nos ven” y “Selma”.
La nación que ostentó llamarse la tierra de la libertad,alberga a uno de cada cuatro presos del mundo. Sin embargo, los números no son imparciales ni aplican a todos por igual.
Por el contrario,uno de cada 17 estadounidenses blancos tiene posibilidades de ir a prisión mientras que para ciudadanos negros las probabilidades son una de tres. Es decir que representan el 40% de las personas encarceladas.
Por estos motivos, la producción de Netflix revisa la versión oficial de la historia contada por la industria del entretenimiento en la famosa película “El nacimiento de una Nación” de 1915, y delinea otro desenlace luego de la Guerra de la Secesión.
Sin dudas hay algunos datos que actualizar, ya que el documental fue filmado en un momento del devenir del racismo previo al actual, antes que Donald Trump asuma la presidencia.
No obstante “Enmienda XIII” sostiene su vigencia luego de ganar el premio a mejor documental de la Alianza de Mujeres Periodistas de Cine en 2016, dos premios Emmy, un MTV Movie & TV Awards y ser candidata al Oscar.
La trampa de la Enmienda XIII
A dos semanas del asesinato de George Floyd, el movimiento Black Lives Matter se instala de nuevo en las calles y el racismo se sitúa sobre tablas una vez más.
Repasar la historia completa implica remontarse a siglos antes de la fundación del sueño americano, pero un hito repetidamente celebrado en el cine es la sanción de la Enmienda XIII de la Constitución estadounidense.
Entre 1865 y 1995 la totalidad de los estados ratificaron que “Ni en los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto”
El documental demuestra cómo el Estado se aseguró la opresión de las personas de color a través de la excepción que establece la enmienda.
En líneas generales,cuando los cuatro millones de cautivos se convirtieron en sujetos libres, comenzó un proceso de criminalizacióny eran llevados presos por deambular y condenados a cadenas perpetuas por delitos menores.
Las décadas pasaron y a pesar de la aparente equidad ante la ley, la lógica económica detrás del sistema carcelario evidencia por qué actualmente una de cada tres personas negras irá a prisión:construyendo, favoreciendo y perpetuando su arquetipo como criminales.
Esta realidad actual lleva a que por miedo a una condena mayor, el 97% de los individuos detenidos negocien su condena antes de ir a juicio. De hecho, afirma el documental, cientos de ellos incluso admiten delitos que no cometieron.
La ganancia del castigo
Para 1972 había 300 mil presos en Estados Unidos pero esa misma década comenzó lo que se denomina la era de la encarcelación masiva. Como resultado, para los 80 ya sumaban 500 mil.
El discurso político instaló no solamente un imaginario de la comunidad negra como delincuente, sino también ligada a las drogas. Así, por ejemplo, bajo el argumento “Just say no” se penaba más el consumo de sustancias particularmente negras como el crack, por sobre la cocaína distintivamente blanca y pudiente.
Asimismo se inició un periodo de lucha contra la inseguridad, que interpelaba los miedos “blancos” y fomentaba el odio racial. Tal es el caso de la ley de los Tres Strikes, que colaboró en incrementar del millón a los dos millones de reclusos entre los 90 y el nuevo milenio.
Al presente, el sistema que abarca 2.3 millones de presos también constituye latercer fuente de mano de obra en Estados Unidos, lo que genera ganancias millonarias a las empresas prestadoras.
“Dicho simplemente, las corporaciones operan en las cárceles y obtienen ganancia del castigo”, se afirma en “Enmienda XIII”. La principal operadora de cárceles privadas es CoreCivic y ofrece mano de obra barata para marcas como Victoria’s Secret, Microsoft y Boeing, entre otras.
Por esto motivos, en la Penitenciaría Estatal de Luisiana conocida como Angola y situada paradójicamente sobre lo que fue una plantación habitada por esclavos, se registraron múltiples huelgas en los últimos años.
Sin embargo, la industria innova con otras modalidades como las tobilleras monitoreadas por GPS en prisiones domiciliarias o sistemas de fianzas, que no son más que nuevos formatos del racismo reinventado.
En definitiva, ya lo advirtió Galeano, “la justicia es como las serpientes, solo pica al que anda descalzo”.
