Muelas del Pan es un municipio español de la provincia de Zamora, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Ubicado en la comarca de la Tierra del Pan, el nombre de la localidad se refiere al vínculo histórico de la región con la molinería.
Muelas del Pan aparece documentado por primera vez en 1168. Durante siglos fue muy popular por sus alfarería y su cerámica negra.
En la localidad se encuentra la histórica Iglesia de Santiago.
Luis Santamaría del Río tiene 37 años, se licenció en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca en el año 2007. Desde su ordenación sacerdotal ha realizado tareas pastorales cómo párroco en varias parroquias de la diócesis de Zamora. Fue el delegado diocesano de Medios de Comunicación Social en la diócesis de Zamora.
En 2005 se convirtió en uno de los fundadores de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ejerciciendo el cargo de secretario desde entonces. También es el director de la Biblioteca-Centro de Documentación «José María Baamonde», que tiene la RIES en Zamora, dedicada al fenómeno sectario y a la nueva religiosidad.
Además, él es miembro de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones (SECR), de la American Academy of Religion (AAR) y de la Asociación de Jóvenes Investigadores en Ciencias de las Religiones (AJICR), así como corresponsal para España e Iberoamérica de la International Cultic Studies Association (ICSA).
Él es profesor en el Curso «Experto en Comunicación Social» de la Universidad Pontificia de Salamanca, y de la materia «Sectas» en el curso anual del Centro Ecuménico «Misioneras de la Unidad» de Madrid.
Y él es consejero para asuntos de sectas de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Santamaría del Río es autor de, entre otros textos, “¿Qué ves en la noche? Religión y sectas en el mundo actual” y “Entre las sectas y el fin del mundo. Una noche que murmura esperanzas” (ambos de Vita Brevis, Maxstadt).
El celibato
Lo conveniente sería que el estado celibatal fuese una opción voluntaria, pero el problema sucede cuando es forzado, tal como en el caso de los esclavos.
Las opciones célibes eran conocidas en India a través del hinduismo con el surgimiento de los ascetas y anacoretas, y aquellos que dejaban el mundo material para buscar la explicación trascendental de la existencia a través de la contemplación.
De hecho, Siddharta, nombre civil de Buda, abandonó a Iashodhara, con quien se había casado a la edad de 16 años, y eran padres de un hijo, Rahula, y adhirió al celibato.
Tanto el judaísmo como el islamismo rescatan la procreación como un mandato y una bendición.
Poblar la tierra es un mandato divino en el Jardín del Eden, reiterado después del relato del Diluvio y renovado en el pacto de Dios con Abraham.
Es muy extraño que una religión que prohibe el aborto, a la vez exija a sus sacerdotes la condición de célibes.
En las comunidades cristianas de los primeros siglos nunca apareció la soltería como una obligación para la condición del sacerdote.
En verdad, el tema irrumpe en el I Concilio Lateranense, celebrado en la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma (Italia), en 1123.
Fue convocado por el papa Calixto II (Guido de Borgoña), quien debía resolver algunos problemas domésticos en la Iglesia, y también neutralizar la obra del antipapa Gregorio VIII (Mauricio Burdino).
Pero, además, se redactó el Canon 3 y también el 11, que prohíbe a los sacerdotes, diáconos subdiáconos y monjes casarse o tener concubinas; también se prohíbe que tengan en sus casas mujeres, excepto las aprobadas por los cánones antiguos. Los matrimonios de clérigos son declarados nulos de pleno jure y los que los hayan contraído están sujetos a las penas.
Y el tema volvió a abordarse en el II Concilio Lateranense, en 1139, también realizado en la Basílica de San Juan de Letrán, convocado por el papa Inocencio II (Gregorio Papareschi) para ratificar la condena del antipapa Anacleto II (Pietro Pierleoni).
De paso, en aquel Concilio se toman algunas decisiones que hoy día ya no se cumplen o fueron modificadas, con la excepción del celibato:
** Que los obispos y eclesiásticos no debían escandalizar por los colores, la forma, o la extravagancia de sus ornamentos, por lo que vestirían de forma modesta. (Canon 4).
** La excomunión a los laicos quienes no pagasen los diezmos a los obispos, o no cediesen a éstos últimos las iglesias cuya posesión tuviesen retenidas, ya porque fueron recibidas de manos de los Obispos, u obtenidas de príncipes u otras personas (Canon 10).
** La condena de la usura.
** La prohibición de que los monjes se dedicaran al estudio de materias profanas como el Derecho o la Medicina.
** La prohibición de aceptar beneficios de las manos de un laico (Canon 25).
Pero sigue vigente la condena y persecución de los matrimonios y concubinatos de los sacerdotes, diáconos, subdiáconos, monjes y monjas (Cánones 6, 7 y 11)
En 2019, el celibato está privando a miles de sacerdotes de su vocación de evangelizar, misionar, asistir espiritualmente al prójimo. Es evidente que el celibato es responsable directo de situaciones criminales, además de insostenibles y hasta imperdonables. Muchos le exigen a la Iglesia Católica Apostólica Romana que acabe con esa institución que no es bíblica. Pero todo indica que tampoco será con el papa Francisco el proceso de cambio.
La falta de vocaciones y la necesidad de sacerdotes ubica al Vaticano en una situación complicada. Hay párrocos que deben atender en forma simultánea más de 12 parroquias o un promedio de 1.400 laicos a su cargo directo, situación difícil de resolver en forma eficiente.
La despedida
La iglesia parroquial de Santiago Apóstol en Muelas del Pan es parte del patrimonio que celebra la localidad a orillas del embalse del río Esla.
El domingo 21/07/2019 fue una jornada de sol y calor, con fiestas patronales muy cercanas. En ese contexto ocurrió un evento inespecrado: Luis Santamaría del Río salió al altar e inició la santa misa, pero cuando llegó el momento de la predicación, él dijo: “Me he enamorado, esta es mi última misa, dejo los hábitos y me caso en septiembre”.
Sorpresa es decir nada acerca de lo que les ocurrió a los feligreses.
El asunto echó a rodar por España y más allá.
El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, había despertado el interrogante con un reciente traslado de varios sacerdotes de la diócesis: Luis Santamaría del Río había sido relevado de Muelas del Pan pero no tenía nuevo destino. Ahora todo resulta más entendible.
Una de las últimas investigaciones de las que participó Santamaría del Río acerca de sectas se refirió a la Organización Nacional El Yunque, de origen mexicano y extrema derecha, cuyo propósito “es defender la religión católica y luchar contra las fuerzas de Satanás”, e instaurar “el reino de Dios en la tierra” mediante la infiltración de todos sus miembros en las más altas esferas del poder político.
Su origen es el llamado Frente Universitario Anticomunista (FUA), creado en 1955 en Puebla, México. Durante años, el carácter reservado de la organización provocó que algunos aspectos y su capacidad de influencia y propósitos fuesen desconocidos o no corroborados.
“El Yunque en España. La sociedad secreta que divide a los católicos”, es el libro que escribió el historiador y periodista Santiago Mata, quien sostuvo que hay integrantes de El Yunque dentro del Partido Popular y VOX. El prólogo lo escribió Luis Santamaría del Río.
El fragmento final de ese texto es muy revelador acerca del pensamiento del ahora ex sacerdote:
“(…) El evangelista Juan, en su magnífico capítulo VI, nos cuenta que el Señor Jesús, tras alimentar a una multitud de miles de personas con cinco panes de cebada y dos peces, recibió el reconocimiento de la gente como el Profeta que esperaban. Sin embargo, “sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo” (Jn 6, 15). Tiempo después, delante de Pilato, dirá sin rodeos: “soy rey” (Jn 18, 37). ¿Contradicción? Ninguna. Su Reino no es de este mundo. Su reinado no será como nosotros queramos y busquemos, sino como Él quiere. Qué lejos están sus caminos de los nuestros… y qué lejos de la mentira, del secreto, de la ambición, de los juramentos y de la manipulación.”
Luis Santamaría del Río.