CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Tres datos para dar contexto a la noticia:
- Estado e Iglesia Católica Apostólica Romana tienen un vínculo institucional intenso en la Argentina.
- Un Concordato (firmado en 1966, durante el gobierno del general Juan Carlos Onganía) reglamenta los vínculos entre la República Argentina y el Estado Vaticano: además, por la Constitución Nacional vigente, el Estado colabora con el mantenimiento del culto católico.
- A propósito de un caso de pedofilia por el que se acusó a un sacerdote (Eduardo Lorenzo), quien luego se suicidó, hay quienes reclaman que se denuncie el Concordato vigente que establece el juzgamiento de los sacerdotes por un tribunal eclesiástico. Por lo tanto, se denuncia, hay una “justicia propia” en casos que nunca llegan a la justicia civil, entre ellos muchos abusos sexuales de sacerdotes a feligreses. La anulación del Concordato es una de las demandas básicas de la campaña “Iglesia y Estado, Asunto Separado”.
La noticia, desde el clero
“La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) visitó el 18 de diciembre al presidente de la Nación, doctor Alberto Fernández, en la Casa Rosada, en el primer encuentro protocolar desde que asumió la primera magistratura del país.
Asistieron al encuentro monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la CEA; el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente primero; monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresidente segundo; y monseñor Carlos Humberto Malfa, secretario general.
Participaron de la reunión el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Nación, doctor Gustavo Beliz; el ingeniero Felipe Solá, ministro de Relaciones Exteriores y Culto y Guillermo Olivieri, secretario de Culto de la Nación.
Los obispos valoraron ante el primer mandatario la presencia de dirigentes de todo el arco político argentino en la Misa por la Patria en la basílica de Lujan, y el gesto de haber participado juntos en esa oración.
Asimismo, le transmitieron su conformidad por el hecho de que en su discurso inaugural el Presidente haya puesto de relieve la encíclica Laudato si’, del papa Francisco. Un documento, expresaron, que “nos trae una enseñanza sobre el cuidado de la casa común, como también del cuidado de la vida en todo su desarrollo, desde la concepción hasta la muerte natural”.
Expresaron también las urgentes demandas sociales que presenta el país, especialmente “la grave situación alimentaria y la creciente demanda de droga por parte de jóvenes, y la grave situación de las cárceles”.
Los obispos reafirmaron ante el primer mandatario su postura de atender prioritariamente a los más frágiles del tejido social.
Finalmente, al hacerle entrega del mensaje elaborado por la 183º reunión de la Comisión Permanente del Episcopado, los obispos manifestaron “su sorpresa y al mismo tiempo desazón y preocupación por el protocolo presentado por el Ministerio de Salud, que en la práctica autoriza el aborto libre” y sostuvieron que “la Iglesia ha defendido y defenderá siempre toda vida desde la concepción de manera firme y clara”.
Los Obispos agradecieron este primer encuentro y le desearon una feliz Navidad, comprometiendo su oración por los gobernantes y todo el pueblo argentino en este delicado momento.”
La noticia, desde la Casa Rosada
En tanto, Presidencia de la Nación difundió un comunicado sobre el encuentro, titulado “El presidente Alberto Fernández junto a la Conferencia Episcopal Argentina”. El texto contiene interesantes diferencias respecto de la crónica difundida por los obispos católicos:
“El presidente Alberto Fernández recibió esta mañana en la Casa Rosada a la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina, que asistió al encuentro encabezada por su presidente y obispo de San Isidro, Oscar Vicente Ojea. La Iglesia le deseó al mandatario nacional los “mejores deseos” durante el tradicional saludo antes de las fiestas de fin de año. El presidente resaltó que nunca estuvo tan “identificado” con la Iglesia como durante el pontificado del Papa Francisco.
Los obispos destacaron la misa de la unidad realizada en la Basílica de Luján y se comprometieron a “trabajar para sanar las divisiones sabiendo la situación de emergencia que vive el país”.
“Lo sentimos y lo sufrimos, estamos al lado de los mas débiles y vulnerables, el tema del hambre nos preocupa muchísimo”, expresaron.
Además, remarcaron su preocupación por el flagelo de las drogas entre los jóvenes.
En este sentido, el presidente sostuvo su admiración por el trabajo social que realizan en todo el país y adelantó: “estamos analizando una reforma judicial para ir a fondo contra el narcotráfico”.
“Nadie mejor que ustedes conoce el problema del hambre y las drogas, somos aliados para trabajar juntos”, dijo Fernández.
El mandatario estuvo acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto, Felipe Solá, el secretario de Culto, Guillermo Oliveri y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
Al encuentro, asistieron además el vicepresidente de la CEA y arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli; el arzobispo de Mendoza y vicepresidente segundo del episcopado, Marcelo Daniel Colombo; y el secretario general del organismo y obispo de Chascomús, Carlos Humberto Malfa.”
Tal como podrá apreciarse, en el comunicado de Presidencia de la Nación no se menciona la palabra “aborto” que sí aparece en el comunicado de los obispos.
No es ni una omisión menor ni una mención baladí.
Evidentemente, Presidencia de la Nación omitió un tema que debe provocar un intenso debate hacia el interior de la coalición político partidaria.
La preocupación
Apenas salieron del despacho presidencial, AICA difundió un despacho noticioso titulado “El Episcopado espera la revocación del Protocolo sobre el aborto”:
“La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) manifestó hoy su “preocupación” por la reciente instrumentación del Protocolo sobre el aborto, que hizo el Ministerio de Salud de la Nación mediante una resolución, y expresó que espera su revocación.
Los obispos hicieron este pedido en un mensaje de Navidad con el título “Un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado” difundido tras la 183ª reunión de la Comisión Permanente de la CEA y la visita que la Comisión Ejecutiva, encabezada por monseñor Oscar Vicente Ojea, hizo esta mañana al presidente Alberto Fernández. (…)
El documento:
“Con la alegría que nos causa la Navidad llegamos a todas las familias de la Patria para multiplicar el gozo por el nacimiento de Jesús «porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado» (Is 9,5). En la pobreza del pesebre Dios nos ha enseñado muchas cosas sobre la dignidad de la vida humana. Nos ha revelado su deseo de hacernos hijos en su Hijo, y hermanos entre nosotros. Quiso compartir la condición humana tal como la encontró en el momento de su venida y no ha reparado en formar parte de una humilde y pobre familia obrera. Todos los acontecimientos que rodearon a aquel humilde pesebre donde nació el Hijo de Dios, anuncian a gritos que la gloria de Dios es que el ser humano viva.
En este sentido, apreciamos la acogida de la carta Laudato si’ por parte del Señor Presidente en su primer mensaje a los argentinos. Este texto del Papa Francisco está lleno de propuestas a favor del cuidado de la Casa común, sin olvidar a sus habitantes. Denuncia la cultura del descarte de la vida, porque el valor inalienable de un ser humano va más allá de su desarrollo.
En cambio, nos hemos sentido sorprendidos por la presentación del Protocolo sobre el aborto, como uno de los primeros actos del nuevo gobierno. Nos duele y preocupa este modo de obrar que evita el razonable debate democrático sobre la tutela de la vida, el primer derecho humano.
Por consiguiente hay una jerarquía normativa que se ha visto vulnerada por la imposición de este protocolo por parte de un funcionario, contrariando con un reglamento la Constitución Nacional, los Tratados Internacionales y el Código Civil y Comercial de la Nación, entre otras leyes nacionales que tutelan la vida desde la concepción. Lo que no legisló el Parlamento Nacional al término de un debate democrático, que contó con la discusión pública por parte de todos los sectores, instituciones y credos, lo acaba de definir un improcedente protocolo del Ministro de Salud. No somos «anti-derechos» los argentinos que estamos a favor de la dignidad y el valor sagrado de toda vida. En comunión con tantos creyentes y ciudadanos de buena voluntad esperamos la revocación del protocolo.
En esta Navidad nos unimos a las alegrías y esperanzas de todos nuestros hermanos con los que compartimos la vida, en especial con los pobres que anhelan y merecen un tiempo mejor por venir. Que a nadie le sea negado el derecho a existir dignamente, a tener una familia, a creer, educarse, trabajar y ser feliz.
Pidamos a la Virgen de Luján, testigo privilegiada de la unidad de los argentinos, nos ayude a amar y recibir la vida como viene, que siempre es un regalo de Dios.”