"Todo el que recibe de mi parte
a un niño pequeño como este,
me recibe a mí;
pero si hacen que uno de estos
pequeños que confía en mí
caiga en pecado, sería mejor
para ustedes
que se aten una gran piedra de molino
alrededor del cuello y
se ahoguen en las profundidades
del mar.
¡Qué aflicción le espera al mundo,
porque tienta a la gente
a pecar! Las tentaciones son inevitables,
¡pero qué
aflicción le espera al que
provoca la tentación!".
MATEO 18:5-7
La terapia de reorientación sexual (o terapia de conversión sexual, reparativa o de deshomosexualización) consiste en una serie de métodos no científicos enfocados al cambio de la orientación sexual de personas homosexuales y bisexuales, intentando reconvertirlos en heterosexuales, o bien eliminar o disminuir sus deseos y comportamientos homosexuales. Grupos cristianos tanto en USA han realizado muchas experiencias al respecto.
La comunidad médica y científica -American Psychiatric Association (Asociación Psiquiátrica Estadounidense), American Academy Of Paediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría), etc.- considera, en forma mayoritaria, que la homosexualidad no es una enfermedad y, por lo tanto, no se puede curar.
La Asociación Estadounidense de Psicología declaró que los psicólogos y demás terapeutas no deben aconsejar a sus clientes homosexuales que ellos / ellas podrían convertirse en heterosexuales a través de esta terapia u otros tratamientos porque no existe evidencia sólida de que esto sea posible.
Leyes y límites
Ahora bien, Joe Carter, editor de publicaciones de la red The Gospel Coalition (TGC), autor de ‘The Life and Faith Field Guide for Parents‘ (Guía práctica de vida y fe para padres), y coautor de ‘How to Argue Like Jesus: Learning Persuasion from Greatest Communicator de History‘ (Cómo discutir como Jesús: aprender la persuasión del mejor comunicador de la historia), afirmó que los partidarios del movimiento LGBT, cometen una contradicción enorme porque reclaman prohibir una forma de terapia de conversión en menores, sin embargo están respaldando otra terapia de conversión en menores.
Él recordó que en USA, en el estado de Virginia se aprobó un proyecto de ley para poner fin a la terapia de conversión para menores, una decisión que ya había tomado el estado de Utah. Hasta la fecha, otros 18 estados han aprobado prohibiciones similares.
La ley de Utah agrega la terapia de conversión a una lista de prácticas consideradas como “conducta no profesional” para terapeutas de salud mental con licencia estatal. Los castigos podrían incluir la suspensión o la revocación de su licencia o matrícula.
La nueva regla no se aplica a los miembros del clero y consejeros religiosos, quienes actúan en una “capacidad religiosa”, que es un estándar diferente; ni se aplica a los padres y abuelos, “quienes actúan sustancialmente en la capacidad de un padre o abuelo y no en la capacidad de un terapeuta de salud mental.”
En el caso de la prohibición de Utah recibió el apoyo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (sus siglas son SUD). En una declaración sobre la Regla de la Ley de Licencias de Psicología de Utah, la iglesia SUD afirmó: “La Iglesia denuncia cualquier terapia, incluidas las terapias de conversión y reparativas, que sometan a un individuo a prácticas abusivas, no solo en Utah, sino en todo el mundo.”
Según Carter, al considerar que todas las terapias de conversión son abusivas, la iglesia SUD ha adoptado la posición de los grupos de defensa LGBT.
¿Es fija o es fluída?
En 1998, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) difundió una declaración en contra del tratamiento psiquiátrico para estos casos porque “se basa en el supuesto de que la homosexualidad ‘per se’ es un trastorno mental o en el supuesto ‘a priori’ de que un paciente debe cambiar su orientación sexual“.
Luego, APA describió como “poco éticos” los intentos de cambiar la orientación sexual de una persona por parte de los profesionales.
Aquí aparece una pregunta muy interesante: ¿La orientación sexual es fija o fluida?
El Sr. Carter dice que los activistas LGBT no tienen una respuesta firme al respecto porque cuando cuestionan la terapia de conversión ellos afirman que la homosexualidad es inmutable pero en otros contextos, ellos afirman que la orientación sexual es fluida, especialmente en la adolescencia.
“Lejos de ser una preferencia fija“, señala Carly Cassella, de Science Alerts, “los hallazgos [de un estudio reciente a largo plazo] sugieren que la identidad y la atracción sexual experimentan cambios extensos, y a menudo sutiles, a lo largo de la vida de una persona, continuando mucho después de la adolescencia y en la edad adulta, con mujeres que muestran un poco más de fluidez que los hombres“.
Entonces, si la orientación sexual es fluida, parece razonable que algunos menores busquen alguna asistencia para establecer cuáles son sus verdaderos sentimientos sexuales. La disputa es, entonces, acerca de quién ofrece esa asistencia y en qué contexto.
Carter afirma que la comunidad psiquiátrica estadounidense (APA) coincidía con este concepto hasta que intervino el lobby LGBT, y la convenció en sentido opuesto.
No es de desdeñar la capacidad de presión sociocultural de los activistas LGBT.
- En 1973, la APA eliminó la homosexualidad como un trastorno mental de su ‘Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales‘.
- En 1980, incluyó la clasificación de “Homosexualidad distónica del ego“, caracterizada por tener una orientación sexual o una atracción contraria a la propia imagen idealizada de uno mismo, lo que causa ansiedad y un deseo de cambiar la orientación o sentirse más cómodo con la sexualidad.
- En 1987 esa clasificación fue eliminada. “Al hacerlo, la APA aceptó implícitamente un enfoque de la homosexualidad de una manera que no había sido posible catorce años antes”, según Jack Drescher, en un artículo de ‘Behavioral Sciences‘.
Según Drescher, en el debate algunos sostuvieron ante la APA que si se permitiera la homosexualidad distónica del ego como una clasificación, todo tipo de trastornos de identidad podrían considerarse trastornos psiquiátricos: “¿Deberían las personas de color descontentas con su raza ser consideradas enfermos mentales? ¿Qué pasa con las personas bajas infelices con su estatura?”.
Irónicamente, agrega Carter, muchos que se opusieron a cambiar el sentimiento de una persona para que coincida con su orientación sexual preferida, ahora apoyan cambiar el cuerpo de uno para que coincida con la identidad de género preferida de una persona.
Niños y adolescentes
"La transexualidad o disforia de género
es una entidad médica sobre la que
debemos
seguir investigando para beneficio
de las personas
que la padecen.
El desarrollo de las investigaciones
deben ir acompañadas de políticas de
no discriminación
que eliminen cualquier estigmatización
social.
Nos parece un grave error por parte
de la OMS
(Organización Mundial de la Salud)
el realizar cambios
en la denominación por la existencia
de presiones ideológicas.
Esto puede perjudicar los
derechos sanitarios de las
personas transexuales.
En la Sanidad Pública no hay
tratamientos para no enfermedades
o no trastornos.
Pero también por el gran desprestigio
de la propia OMS
que, conociendo toda la producción
científica,
se deja manipular por
lobby ideológicos."
Marina Díaz,
Psicóloga
Es cierto que algunas formas de terapia reparadora realizadas en menores fueron perjudiciales y abusivas.
Pero ¿cómo calificar a los tratamientos para la disforia de género?
La disforia de género es el término con el que en 1973 el médico John Money, y a partir de ahí la psiquiatría, designan a lo que en 1953 el también médico Harry Benjamin había llamado ‘transexualidad’.
En el ‘Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales‘ se le llamó trastorno de la identidad sexual, y luego fue recategorizado como disforia de género aunque otros prefieren trastorno de identidad de género.
Existen dos condiciones necesarias para el diagnóstico:
- debe haber pruebas concluyentes de que el individuo se identifica, de manera sólida y persistente, con el otro sexo;
- es necesario que existan también pruebas de malestar persistente, clínicamente significativo, o de deterioro social, provocadas por el sentimiento de inadecuación asociado a su sexo o género.
Muy importante: el sentido común establece que debe descartarse a niños y adolescentes cuya conducta simplemente no encaja en el estereotipo cultural de masculinidad o femineidad.
No es un descubrimiento, por ejemplo, que la adolescencia es una etapa de transición según todos los estudios de conducta.
Sin embargo, esto no ocurre, y se generan, a través de las redes sociales, olas de impacto favorables a intervenciones quirúrgicas sobre niños y adolescentes.
Una pregunta muy importante: ¿hasta qué edad se considera a una persona adolescente?
La respuesta es necesaria porque al respecto hay muchísima especulación de parte de quienes participan de lo que también es un negocio hasta quirúrgico -sin sentido peyorativo sino realista- alrededor de la cuestión de género.
No existe un método objetivo para diagnosticar y depende exclusivamente de lo que manifieste el afectado, o su entorno, lo que en ocasiones puede estar distorsionado.
Según un informe de la American Foundation for Suicide Prevention y el Williams Institute, en este grupo sociocultural los intentos de suicidio, al menos en USA, pueden alcanzar un 41%, frente a la media global que es del 5%.
Según el recorte que Wikipedia extrajo del trabajo “Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología, la Psicología y las Ciencias Sociales”, que redactaron Lawrence S. Mayer y Paul R. McHugh, en 2016, los intentos de suicidio son mayores en personas que se han sometido o han querido someterse a tratamientos de cambio de sexo.
Sexualidad y Genero by tercerangel on Scribd
Los autores del informe observaron una relación directa entre
- el estrés principalmente causado por experiencias de discriminación o de maltrato, y
- trastornos de salud mental,
incrementando aún más la vulnerabilidad de las personas con disforia de género, hayan o no realizado un cambio de sexo.
Volviendo a Joe Carter, él afirmó -y es la cuestión central a tener en cuenta en la cuestión de la sexualidad fluida- que hay fundamentos para advertir acerca de los problemas severos que pueden provocar juveniles decisiones irreversibles tales como la destrucción de la función sexual y la fertilidad a través de las hormonas, o la extirpación quirúrgica de los genitales o los senos.
Carter recuerda que algunos estudios han demostrado que entre el 65% y el 94% de los niños que inicialmente se identifican como transgénero cuando son adultos se identifican con su género de nacimiento.
Aquí aparece la gran controversia con los activistas LGBT: cuando ellos consideran necesario ignorar tales hallazgos -sin ofrecer fundamentos equivalentes- y si las acciones que promueven no resultan “terapias de conversión“, que tienen el agregado de que provocan consecuencias irreversibles.
Journal of Sexual Medicine publicó en 2017 un trabajo titulado “La edad es sólo un número“, un compendio de opiniones, experiencias y actitudes de los cirujanos afiliados a WPATH (World Professional Association for Transgender Health o Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero, ex Asociación Internacional de la Disforia de Género Harry Benjamin).
En la WPATH se encuentran médicos renombrados en intervenciones quirúrgicas complejas en USA tales como la vaginoplastia, es decir, la castración, inversión del pene y dilatación de una cavidad para formar un canal pseudovaginal, realizada en menores transgénero.
De 20 cirujanos entrevistados, 11 informaron haber realizado el procedimiento “1 a 20 veces en niños menores de 18 años. El paciente más joven tenía 15 años.”
El asunto alcanza ahí cierta complejidad:
- ¿Hasta qué edad se considera a una persona adolescente?
- ¿Cuáles son los parámetros para aconsejar semejante intervención a los 15 años?
- ¿Resulta imprescindible ejecutar esas decisiones en forma tan inmediata?
Por supuesto que hay diferentes opiniones dentro de la WPATH.
“La edad es solo un número” by tercerangel on Scribd
Sin embargo, no puede ignorarse que un cirujano describió un escenario clínico equivalente a un “nuevo salvaje oeste” donde “un grupo de practicantes solitarios, básicamente vaqueros o vaqueras que construyen su pequeña casa, anuncian y absorben a la gente“.
Esto coincidió con la investigación del The Times, del Reino Unido, acerca de irregularidades tales como atención experimental e intervenciones inadecuadas en la clínica principal de Londres para jóvenes con confusión de género, lo que provocó la renuncia de varios médicos.
Volviendo a Carter: “Es discutible si la terapia de conversión en menores para cambiar la orientación sexual es útil o perjudicial. Tampoco está claro si debería ser la opción principal para los cristianos que luchan con la atracción hacia personas del mismo sexo.”
En verdad, el cristianismo consiste en la entrega a Jesús, la búsqueda de una relación profunda con Dios y el compromiso de ayuda al prójimo como a tí mismo. El resto vendrá por añadidura, afirma la promesa. Si no hay arrepentimiento y cambio de actitud, no hay cristianismo, y entonces todo puede vagar por el desierto de la confusión, tal como Israel daba vueltas por el Sinaí.
Pero resulta evidente que muchas personas que se dicen cristianas establecen su propia escala de prioridades, y ahí comienzan los problemas, los debates y, probablemente, hipocresías, decisiones apresuradas, disfunciones, frustraciones y ausencia de amor.