Aunque el 01/03 es uno de los servicios religiosos más alegres en Corea del Sur, en celebración del Día del Movimiento de la Independencia, un número sin precedentes de iglesias cerró ese domingo en respuesta al brote de coronavirus.
“Fue la primera vez que las iglesias pospusieron oficialmente sus servicios en los 100 años de historia protestante y 200 años de historia católica [en Corea]”, afirmó Won Jae-chun, profesor de la Christian Handong Global University, en Pohang. “Esto no ocurrió ni durante la Guerra de Corea”.
En Seúl, la iglesia más grande del mundo, Pentecostal Yoido Full Gospel (Evangelio Completo Pentecostal Yoido), anunció que transmitiría sus servicios a puertas cerradas a su medio millón de miembros.
Otras mega iglesias, con más de 50.000 miembros cada una, también transmitieron sus servicios por streaming.
Más de la mitad de 500 encuestados por el Instituto de Datos del Ministerio, apoyado por la Iglesia Presbiteriana de Corea (Tonghap) y otras mega iglesias coreanas, declararon que no asistieron al servicio de adoración a causa del coronavirus, y prefirieron mirar algunos de los canales de programación cristiana las 4 horas.
“El número de iglesias que están recurriendo a la adoración online o familiar está aumentando“, dijo Choi Kyu-hee en el Consejo Nacional de Iglesias en Corea. “En las iglesias que aún celebran el culto en forma presencial, algunas miden las temperaturas de los fieles en la entrada y exigen máscaras y desinfectantes para las manos“.
Pero Shincheonji es diferente.
En Corea del Sur el número de casos confirmados de actual coronavirus SARS-CoV-2 llegó a los 7.400 el lunes 09/03 por la mañana. A causa de que muchos de ellos se relacionan con la misteriosa Iglesia Shincheonji de Jesús, la organización se ha convertido en un imán para la ira del público y una ventana para los prejuicios de larga data.
El brote se ha centrado en Daegu, una ciudad de aproximadamente 2,5 millones en el sureste del país, donde una devota de la congregación Shincheonji, de 61 años, conocida como “paciente N°31”, ha infectado a muchos otros fieles durante los servicios religiosos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur informaron que hasta el sábado 07/03, el 63,5% de todos los casos confirmados en el país estaban “relacionados con Shincheonji“.
El gobierno, después de una respuesta inicial lenta e ingenua -estuvo mal aconsejado el presidente Moon Jae-in, actual líder del Partido Democrático de Corea, porque estimó a mediados de febrero que el Covid-19 “desaparecería pronto“-, ahora acelera al máximo su ofensiva, tratando de contener la epidemia porque el 15/04 habrá elecciones parlamentarias.
Las autoridades han comenzado un vasto y rápido programa para evaluar potenciales pacientes que contrajeron Covid-19.
El programa está abierto a todos (incluidos los inmigrantes indocumentados) y es gratuito para cualquier persona que revele síntomas o tenga una referencia médica relacionada con el coronavirus. Se han establecido clínicas especiales y más de 196.000 personas fueron evaluadas hasta el lunes 09/03 por la mañana.
Pero la ira no cesa porque Corea del Sur tiene el 2do. mayor número de casos confirmados de Covid-19, después de China, y ahí aparece un nombre: Shincheonji, que se ha asociado estrechamente con el brote.
Se dice que algunas de las prácticas de Shincheonji (el secreto, la prohibición de las máscaras de salud, el rezar en las proximidades del otro) ayudaron a propagar la enfermedad entre sus congregaciones.
Historias
Iglesia de Jesús o Templo del Tabernáculo del Testimonio o Iglesia de Jesús Shincheonji es un movimiento religioso cristiano fundado el 14/03/1984 en Corea del Sur.
Los devotos creen que el fundador de la congregación, Lee Man-hee -en el pasado integrante de otro movimiento religioso, llamado El Olivo-, es el Mesías regresado y que la Biblia está escrita en metáforas secretas que solo Lee puede interpretar correctamente.
Shincheonji es apocalíptico y de carácter mesiánico, descrito como un culto del fin del mundo.
También cree que en el Día del Juicio, Lee llevará a 144.000 seguidores al Cielo con él.
Conocido por un proselitismo agresivo en su actividad evangélica, Shincheonji ha sido acusada de infiltrarse en otras iglesias para intentar seducir a miembros de esas congregaciones.
En el Reino Unido, en noviembre de 2016, la Iglesia de Inglaterra (anglicanismo) emitió una alerta a 500 parroquias en Londres sobre las actividades de un grupo afiliado a Shincheonji conocido como Parachristo, que impartía cursos de estudios bíblicos en los Docklands, e intentaba reclutar miembros de la Iglesia de Inglaterra.
“Los que se involucran [en Shincheonji] se retiran gradualmente de sus amigos y familiares y mienten activamente sobre sus vidas reales”, advirtieron Nicky Gumbel, vicario de Holy Trinity Brompton; y John Peters, rector de la Iglesia de Santa María.
En agosto de 2019, la Convención Bautista en Manipur, India, advirtió a los fieles que desconfiaran de Shincheonji: “Una vez que están en esto grupo, pasan la mayor parte de su tiempo invitando a personas a unirse al grupo Shincheonji y pasan menos tiempo con sus familias, amigos e iglesias y descuidan y dejan sus estudios o trabajo“.
Según un exmiembro, Advent Kim, quien ahora ayuda a familias afectadas, “el grupo enseña que está bien mentir sobre su fe para proteger a la organización. Lavan el cerebro a todo el mundo”, dijo a medios surcoreanos.
La política
Los líderes de la iglesia han sido acusados de retener deliberadamente información sobre su membresía, lo que obstaculiza los esfuerzos de las autoridades de salud para rastrear y evaluar a cada persona que pudo haber estado en contacto con alguien infectado con el virus.
Por ese motivo el fundador de Shincheonji podría enfrentar cargos de asesinato.
La iglesia ha refutado todas las acusaciones. “Quiero ofrecer mis más sinceras disculpas a la gente, en nombre de los miembros”, dijo Lee Man-hee, arrodillado ante los periodistas. “No fue intencionado, pero numerosas personas fueron contagiadas”, lamentó él, según la agencia AFP.
En una “Carta de Apelación” publicada en su sitio web el miércoles 04/03, afirmó que “se han denunciado unos 4.000 casos de injusticia contra los feligreses de Shincheonji” desde el comienzo del brote.
Algunos miembros fueron despedidos por sus empleadores por pertenecer a Shincheonji, otros fueron abusados por sus cónyuges.
El sitio web de la iglesia mantiene una página bajo el encabezado “Covid-19 / Fact-checker” (Covid-19 / Verificando hechos).
La Iglesia Shincheonji de Jesús fue fundada en 1984 por Lee Man-hee, ahora de 88 años, a quien se presenta como el “Pastor Prometido” enviado por Jesús y el único hombre capaz de descifrar el Libro de Apocalipsis.
Shincheonji afirma que tiene más de 245.000 seguidores.
Alrededor del 27% de los surcoreanos se identificaron como cristianos en el Censo Nacional de 2015. El país cuenta con docenas de mega iglesias protestantes, incluidas algunas de las más grandes del mundo.
Sólo en Seúl y sus alrededores, hay 15 iglesias con más de 10.000 miembros cada una. El año pasado, más de 28.000 misioneros de Corea del Sur fueron a realizar actividades en 171 países.
Los grupos cristianos convencionales, muchos de los cuales son protestantes, rechazan las enseñanzas de Lee Man-hee, y llaman a Shincheonji “una secta“. La Iglesia Presbiteriana de Corea afirma que las opiniones del Sr. Lee, incluido, por ejemplo, que Jesús no está encarnado en Dios, son “heréticas” y “anticristianas”.
Pero ser llamado “secta” es una cosa, y ser culpado por comenzar una epidemia es otra muy distinta. Sin embargo, parte de la opinión públic, medios de comunicación y referentes políticos han igualado los dos cargos, por miedo o confusión o simple conveniencia (hay que ‘limpiar‘ al gobierno de su responsabilidad porque hay elecciones).
Sin un candidato claro para suceder al presidente Moon en mayo de 2022, una serie de contendientes se apresuran a establecer sus credenciales para ese trabajo. Con todos los escaños en la Asamblea Nacional en competencia en abril, las elecciones serán algo así como un termómetro para esa gran carrera.
El 25/02, Lee Jae-myung, gobernador de la provincia de Gyeonggi y también afiliado al gobernante Partido Demócrata, montó un circo mediático concurriendo a la sede de Shincheonji junto con 40 empleados públicos allegados suyos, con la decisión de recuperar, y si fuese necesario por la fuerza, la lista de concurrentes a la iglesia.
Alarmadas por el brote, las autoridades surcoreanas habían pedido a Shincheonji un registro completo de sus fieles en todo el país. “Pero parece claro que la lista que dieron al Gobierno era incompleta y no pudieron localizar a todos”, señaló Paul Cha, profesor de Estudios Coreanos de la Universidad de Hong Kong.
Cuando se le indicó que estaba vulnerando derechos como el de la propiedad privada, el gobernador respondió: “Estamos en Estado de Guerra”, dando a entender así que los derechos de los ciudadanos sólo deben ser respetados en tiempos de estabilidad o paz.
Apenas unos días después, el ministro de Justicia, Choo Mi-ae, un aliado del Presidente y con anhelos de heredarlo, ordenó a los fiscales que investigaran a Shincheonji, a pesar de que los fiscales en Daegu dijeron que necesitaban más tiempo para decidir si correspondía una orden de allanamiento.
Luego, fue el alcalde de Seúl, Park Won-soon, quien pidió a los fiscales que presenten cargos contra los líderes de Shincheonji, por “asesinato y negligencia deliberada”.
Park intentó ser candidato a Presidente en 2017 y fracasó, pero su táctica ahora ambiciona proyectar autoridad y así atraer la atención de los medios y la opinión pública.
Aparentemente, no importa que Kim Kang-lip, el viceministro de Salud, haya declarado públicamente que Shincheonji se mantiene cooperando y proporcionando los datos que se le solicitaron.
Kim también advirtió que tomar medidas enérgicas contra la iglesia podría asustar a sus miembros, provocar que se escondan y así complicar los esfuerzos para contener el brote.
Otro punto de vista
Schincheonji también tiende defensores. Por ejemplo, Massimo Introvigne escribió en la web del Centro Studi sulle Nuove Religioni (Cesnur), una defensa a rajatablas del culto surcoreano:
“(…) Como erudito que estudió Schincheonji, me preocupa el hecho de que los medios internacionales que obviamente no saben nada al respecto han ‘descubierto’ esta iglesia durante la noche debido a los incidentes de coronavirus en Corea del Sur, y han repetido información inexacta que encontraron en Internet de fuentes de bajo nivel.
Aún más preocupante es el hecho de que los miembros de Shincheonji que han contraído el virus, y que son las víctimas de esta historia, están siendo tratados injustamente por los medios de comunicación surcoreanos y descritos como “sectistas”. Peor aún, algunos miembros de Shincheonji han sido insultados, discriminados y forzados a abandonar sus trabajos, como chivos expiatorios de lo que se ha convertido en una histeria nacional e internacional sobre el virus.
Por lo que he comprobado, Shincheonji está cooperando con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea (KCDC) para contener el coronavirus, cumpliendo con todas las indicaciones de las autoridades e incluso realizando pruebas para detectar el virus a todos sus miembros a sus expensas.
Algunos políticos y medios de comunicación en Corea del Sur están haciendo chivo expiatorio a Shincheonji por las epidemias, con el fin de distraer la atención pública de las críticas generalizadas dirigidas a ellos por el hecho de que, a pesar de las preocupaciones expresadas por la Asociación Médica de Corea, Corea del Sur no prohibió la entrada al país de viajeros de China.
La agencia de noticias estatal de Corea del Sur, Yonhap News, mencionó la posible relación entre la llegada de 1.000 estudiantes chinos en viajes escolares a Daegu el mes pasado y el estallido de las epidemias en la ciudad.
En cambio, se culpa injustamente a Shincheonji, incluso si, 24 horas después de que uno de sus devotos fue identificado como infectado con el virus, proporcionó a las autoridades una lista completa de sus miembros. También se alentó a los miembros a decirles a sus compañeros de trabajo y a sus jefes que pertenecen a Shincheonji; no es un paso pequeño, ya que debido a las campañas anti-Shincheonji normalmente mantienen un perfil bajo en el lugar de trabajo y ahora corren el riesgo de ser insultados, amenazado, e incluso perder sus trabajos.
El sentimiento anti-Shincheonji en Corea del Sur es impulsado por grupos cristianos fundamentalistas, que son mucho más influyentes en ese país que en otras partes del mundo y están perturbados por el rápido crecimiento de Shincheonji. Estos grupos tienen una historia de propaganda negativa contra Shincheonji, acusando a sus miembros de ser secuestrados y confinados rutinariamente para someterlos a conversión forzada (desprogramación), y ahora fueron tan lejos como para acusar a Shincheonji de propagar el virus intencionalmente y llamar a la disolución forzada de Shincheonji. Difundir noticias falsas en un momento de crisis nacional es peligroso e irresponsable.
Más veneno en la atmósfera provoc que las elecciones políticas se celebrarán en Corea del Sur el 15 de abril, y que el discurso de odio contra los nuevos movimientos religiosos se utiliza tanto como una herramienta electoral como una forma de desviar la atención de las críticas públicas a los políticos que manejan la crisis del coronavirus; y el hecho de que el reverendo Jeon Kwang-hoon, presidente del Consejo Cristiano de Corea y líder de la principal coalición anti-Shincheonji en Corea del Sur, haya sido arrestado el 24/02 por cargos de violación de la ley que regula las campañas electorales.
Algunos grupos fundamentalistas están utilizando las epidemias de virus como pretexto para aumentar su campaña contra Shincheonji, con la esperanza de que el virus pueda lograr lo que no lograron, es decir, detener el espectacular crecimiento de Shincheonji, que en gran medida ocurre a sus expensas. Si bien Shincheonji ciertamente tiene una teología peculiar, y es normal que otros no estén de acuerdo con ella, los protestantes coreanos anti-cultos fundamentalistas ahora están involucrados en una vergonzosa forma de lucro. Los medios internacionales responsables deben ser cautelosos de cooperar inadvertidamente con él.”
Cooperación
La mayoría de las congregaciones religiosas trabajaron codo a codo con el Gobierno, y difundieron roces con Shincheonji.
La Iglesia Onchun, en Busan, la segunda ciudad más grande de Corea, anunció que estaba “investigando la posibilidad de que Shincheonji se infiltrara en nuestra iglesia” después de que cerró en la localidad, tras el primer caso confirmado de coronavirus entre sus feligreses el 21 de febrero.
La iglesia, de la Iglesia Presbiteriana de Corea (Kosin), celebró una reunión de ancianos de emergencia e inició una cooperación con las autoridades sanitarias. Sin embargo, los casos de Covid-19 rastreados hasta Onchun fueron 32, la mitad de todos los casos en la ciudad de 3,5 millones de personas, y se tomó una decisión drástica.
En una carta anunciando el cierre de la Iglesia entre el 26 de febrero y el 14 de marzo, el pastor principal Lee Jae-hoon explicó:
“Históricamente para la Iglesia coreana, el Sábado Santo fue un estándar religioso muy importante, y hubo algunos predecesores de nuestra fe que sufrieron mucho por guardarlo. Algunos hicieron todo lo posible para escapar de los regímenes opresivos, mientras que otros estaban felices de sufrir desventajas sociales en aras de guardar el Sábado Santo. Por lo tanto, esta decisión puede ser vista por algunos como degradación espiritual o compromiso mundano. Es muy doloroso y triste no poder reunirse para adorar.”
Pero si la iglesia puede ayudar a detener el brote de esta enfermedad más rápido al suspender temporalmente las reuniones y reuniones de adoración, no quedó nada para debatir….
La persecución
La gente está ansiosa, y es entendible.
Se dice que algunos pacientes con coronavirus murieron en sus casas después de ser rechazados en los hospitales que se habían quedado sin camas para los pacientes.
Pero, luego, algunos hospitales también informaron que rechazaron a las personas que mostraban síntomas de Covid-19 si no habían viajado recientemente a China, o no eran miembros de Shincheonji.
Esto también destaca y estigmatiza a la iglesia, generando resentimiento contra ella.
En una encuesta publicada el 02/03 por el encuestador local Realmeter, más del 86% de los encuestados dijeron que querían que se investigara a Shincheonji para que las autoridades pudieran verificar su membresía.
Una petición pidiendo la disolución de Shincheonji fue cargada en el sitio web oficial del Presidente y recibió más de 1,25 millón de firmas de adhesión.
Por otra parte, antes del 05/03 hubo una petición reclamando la destitución del Sr. Moon, que obtuvo el apoyo de más de 1,4 millón de firmas. (La población total del país es cercana a los 52 millones).
Los partidos de oposición han criticado a la Administración Moon por su gestión de la emergencia provocada por la epidemia, argumentando que desde fines de enero debería haber bloqueado todos los arribos de viajeros desde China, mucho antes de que estallaran los casos relacionados con Shincheonji, a mediados de febrero.
Por supuesto, nada de esto absuelve a Shincheonji de posibles irregularidades.
En ocasiones sus líderes son deliberadamente provocadores: el Sr. Lee inicialmente dijo que la epidemia fue el resultado del “Mal que se puso celoso del rápido crecimiento de Shincheonji”, antes de llamarlo “una gran calamidad” en una conferencia de prensa en uno de las edificios de la iglesia, cerca de Seúl.
Fuera de ese edificio, una mujer sostenía una pancarta denunciando a la “pseudo-religión” porque dijo que estaba buscando a su hija, miembro de Shincheonji, a quien no había visto en años. Esta madre no es la primera persona en acusar a la iglesia de adoctrinar a un pariente u obligar a los miembros a romper los lazos con sus familias.
Pero incluso si la peor de estas afirmaciones fuese cierta, Shincheonji también ha tenido la mala suerte de atrapar el coronavirus a su manera. Y ahora está pagando un alto precio por los prejuicios públicos y el oportunismo político de una elección próxima.