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Un obispo argentino provoca comentarios escandalosos en el Vaticano

sábado 31/08/2019

Infovaticana.com es un medio de información sobre la Iglesia Católica Apostólica Romana, fundado en 2013 en España por Fernando Beltrán…

Gustavo Zanchetta recibido por el pontífice Francisco.
Gustavo Zanchetta recibido por el pontífice Francisco.

Infovaticana.com es un medio de información sobre la Iglesia Católica Apostólica Romana, fundado en 2013 en España por Fernando Beltrán y Gabriel Ariza, hijo de Julio Ariza, exparlamentario del Partido Popular en Catalunya, y propietario del multimedios Intereconomía. Gabriel dirige la web mencionada.

En la crítica permanente del pontífice Francisco (antes cardenal Jorge Bergoglio), y por contraste la reivindicación de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, Infovaticana difundió un texto muy polémico sobre el religioso argentino Gustavo Zanchetta, y realizó un contraste de esta situación con la del cardenal australiano George Pell.

Sin abrir juicio de valor alguno sobre las circunstancias que cada uno enfrenta ante la Justicia penal, es interesante conocer una información muy delicada que transcurre, en parte, en el Vaticano.

Antes de reproducir el contenido, es importante ofrecer algunos antecedentes imprescindibles.

Gustavo Zanchetta

Ordenado sacerdote el 13/12/1991 por el entonces obispo Jorge Novak, de la bonaerense diócesis de Quilmes, el sacerdote Zanchetta, de la orden franciscana de los Frailes Menores Capuchinos -iniciada en 1525, por Fray Mateo de Bascio, y especializados en el cuidado pastoral de parroquias aunque también en la contemplación-, logró una carrera meteórica: a los 34 años ya era vicario parroquial y con funciones en el seminario diocesano. Entonces él fue enviado, en 1998, a Roma, para una especialización en Teología durante dos años.

En diciembre de 2008 y con 44 años fue nombrado subsecretario ejecutivo del Episcopado Católico Argentino y secretario de la Comisión Episcopal para la UCA (Pontificia Universidad Católica Argentina), por entonces al mando de Alfredo Zecca, luego arzobispo de Tucumán por Benedicto XVI cuando ya era miembro de la Sociedad Argentina de Teología. Hoy día es emérito en Tucumán.

Zanchetta sumó entre sus cargos el de vicario episcopal de Asuntos Económicos, apoderado general del obispado de Quilmes y representante legal de todos los colegios de la diócesis de Quilmes. Por entonces, de acuerdo a la web Caminos Religiosos.com/, se conocieron denuncias de irregularidades en la administración monetaria.

Luego él fue designado en Orán, provincia de Salta, Argentina, donde mantuvo vínculos permanentes con el poder político y económico de ese territorio, logrando asistencias gubernamentales como “pastor de una diócesis necesitada”.

Sin embargo, Zanchetta fue conocido por mucho cuando, en 2014, intentó negarse a un control antidroga de rutina de la Gendarmería Nacional.

A los 53 años y luego de haber sido durante cuatro años obispo de la diócesis católica apostólica romana en Orán, Gustavo Zanchetta anunció su renuncia a la sede episcopal, en una sorpresiva carta a su comunidad, invocando “un problema de salud” cuya recuperación él consideraba imposible realizar en ese territorio. En cuestión de horas él se alejó, sin despedirse siquiera de los feligreses ni de sus colegas sacerdotes. Algunos dijeron que, en verdad, había huido.

Nada hacía suponer su decisión sorpresiva de viajar a Roma para presentar al papa Francisco la renuncia a la diócesis.

Monseñor Gabriel Acevedo, vicario general de la diócesis, comunicó oficialmente por escrito a la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el siguiente texto: “El señor obispo Gustavo dejó la diócesis en horas de la mañana con destino a la arquidiócesis de Corrientes, donde será recibido como huésped por el señor arzobispo, monseñor Andrés Stanovnik”, a 860 Km. de distancia.

El también fraile capuchino Andrés Stanovnik es el arzobispo de Corrientes y desde septiembre de 2015 integra la Pontificia Comisión para América Latina.

Zanchetta permaneció en Corrientes hasta que Francisco aceptó su renuncia, según divulgó la Nunciatura apostólica.

En diciembre de 2017, Zanchetta fue designado por el papa Francisco como consejero en la Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica (APSA), que administra más de 5.000 propiedades inmobiliarias en el mundo.

En tanto, el exobispo de Orán fue imputado por dos seminaristas.

La Justicia resolvió que Zanchetta no podía salir del país y ordenó retener su pasaporte.

Acompañado por su defensor oficial, Zanchetta se presentó ante la fiscal penal Mónica Viazzi, interina en la Fiscalía Penal de Violencia Familiar y de Género de Orán, y se negó a declarar.

A pedido de la fiscal, el juez de Garantías 2, Claudio Parisi, resolvió imputar a Zanchetta por el delito de abuso sexual continuado agravado cuando era obispo de Orán. Por los mismos delitos, el sacerdote también enfrenta una investigación canónica.

La Justicia ordenó un peritaje psicológico del religioso y le impuso la obligación de fijar domicilio en la Argentina, concurrir a todas las citaciones, y una “prohibición de ejercer cualquier tipo de agresión física o psicológica respecto de las víctimas” .

Durante una entrevista con Televisa, de México, el papa Francisco reconoció que fue su decisión llevarlo al Vaticano, luego de haberle recomendado hacer un tratamiento psicológico.

Lo hice venir y le pedí la renuncia. Bien clarito. Lo mandé a España a hacer un test psiquiátrico”, explicó el pontífice.

Hemos tenido un obispo enfermo”, había dicho el ex vicario general de esa diócesis, Juan José Manzano, en un reportaje que le hizo el diario El Tribuno, de la ciudad de Salta, que realizó la investigación inicial que complicó al clérigo.

El papa Francisco dijo que pasó el tema a la Congregación de la Doctrina de la Fe, “dónde se está preparando el juicio“.

Sin embargo, el juez que lleva el caso en la Argentina, tras retirarle el pasaporte al regreso del primer viaje a Roma del obispo decidió concederle, contra el criterio de la fiscalía, un segundo permiso para regresar a la capital romana, invocando que Zanchetta presentó un documento del Vaticano que afirmaba que debía regresar a Roma “para continuar con su trabajo diario“.

Sin embargo, luego de que el diario El Tribuno destapara el caso, Alessandro Gisotti, por entonces portavoz del Vaticano, aseguró que “en espera de la investigación preliminar sobre las denuncias de abuso sexual en curso en Argentina, Zanchetta se abstendrá de trabajar en el Vaticano“.

Según la web Crux, el documento era un certificado firmado por el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano. Es decir, N°2 de la Secretaría de Estado, a cargo del cardenal Pietro Parolín, ex nuncio apostólico en Venezuela.

De paso, la web Crux recordó las denuncias en Life Site News por supuesta conducta inmoral contra el ahora Sustituto. La embestida estuvo a cargo de devotos de Maracaibo liderados por Enrique W. Lagunillas Machado, en nombre del «Grupo de Laicos de la Arquidiócesis de Maracaibo para una Iglesia y un Clero de acuerdo con el Corazón de Cristo». De todos modos hay que aclarar que, más tarde, obispos venezolanos han salido en defensa de Peña Parra.

George Pell

El cardenal católico australiano George Pell, tiene una licenciatura en Teología por la Universidad Urbaniana de Roma, un máster en Educación por la Universidad de Monash y un doctorado de Filosofía en la Historia de la Iglesia por la Universidad de Oxford.

Ya cardenal, George Pell fue considerado ‘papable‘ en el cónclave de 2013, en el que el cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa Francisco.

Luego, él fue designado entre los ocho cardenales integrantes del Consejo de Cardenales creado por el papa Francisco, en el inicio de su gestión y cuando sostuvo que su mandato sería en coordinación de sus pares, para ayudarle en el gobierno de la Iglesia y reformar la Curia romana.​ Eran días en los que, recostándose en los integrantes del Colegio Cardenalicio, el nuevo Papa intentaba diferenciarse de su antecesor y afirmar que su gestión sería diferente a lo tradicional en el Vaticano.

El 24/02/2014, Pell fue nombrado primer prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, con la misión de sanear las finanzas vaticanas.

Pell rápidamente empezó a aplicar nuevos estándares de contaduría. Él estableció un comité de vigilancia financiera para controlar transacciones sospechosas y se aseguró de que las cuentas bancarias en el IOR (Istituto per le Opere di Religione o Instituto de Obras Religiosas) fueran auditadas por profesionales independientes.

También enfrentó bastante oposición a su trabajo desde la propia Curia vaticana.

Pell decidió aumentar el control en una de las dos secciones de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA), golpeada por escándalos recientes.

APSA administra propiedades del Vaticano, gestiona ingresos y gastos, prepara presupuestos y actúa como un centro. departamento de contabilidad y oficina de compras.

El cardenal Pell, jefe de la Secretaría de Economía que no existía hasta que él fue designado, fundamentó la decisión en que era necesario auditar la APSA para que su departamento “ejerza sus responsabilidades de control y vigilancia económica”.

También creó un departamento central de gestión de activos del Vaticano, a cargo de las inversiones, dejando que el IOR se limite a su objetivo original: los servicios de pago para las órdenes religiosas, los empleados del Vaticano y las organizaciones benéficas.

El francés Jean-Baptise Douville de Franssu -administrador del belga Banque Degroof Petercam– fue nombrado nuevo jefe del IOR, en reemplazo del abogado alemán Ernst Von Freyberg.

Freyberg había iniciado reformas para que el IOR cumpliese con las normas internacionales contra el lavado de dinero, y cerró muchas cuentas sospechosas. Pero en la trama de intereses y conspiraciones, perdió su cargo, y llegó el integrante de una familia de origen patricio.

Pell dijo que quería que todo el Vaticano se convirtiera en “un modelo de transparencia financiera en lugar de causa de escándalos ocasionales“.

Sin embargo, antes de estos cambios, ocurrieron otros acontecimientos que impactaron en la ubicación de Prell en la Curia.

Él emergió como un defensor de los valores tradicionales católicos, sosteniendo opiniones conservadoras contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto y los anticonceptivos

Los críticos de Francisco, a quien le imputan conductas reformistas que no admiten en un pontífice católico apostólico romano, convirtieron a Pell en un referente. Sin duda, así ellos abrieron un abismo delante del cardenal australiano.

La carrera cardenalicia de Pell quedó trunca cuando, de pronto, se conocieron acusaciones de que él había encubierto el abuso sexual de menores en Australia. Más tarde, él mismo fue acusado de cometer supuestos abusos de dos niños del coro en la catedral de St Patrick’s, en Melbourne, entre 1996 y 1997.

Aunque Pell siempre negó los cargos, fue encontrado culpable y condenado a seis años de cárcel, quedando así interrumpidas las reformas que había iniciado en las controvertidas finanzas del Vaticano

Entonces, fue Francisco, en ausencia de Pell, quien definió los cambios en el IOR.

El IOR tiene cuatro estructuras -la Comisión de Cardenales, el Consejo de Superintendencia, el Consejo de Administración y el Prelado-. Al conocerse que, por primera vez, el IOR tendrá un Auditor Externo nombrado por la Comisión de Cardenales a propuesta de la Junta de Superintendencia, también se explicó que hay un incremento de atribuciones a favor del ‘Prelado’, que es monseñor Battista Mario Salvatore Ricca.

Según escribió en 2013 el periodista especializado en temas vaticanos, Sandro Magister, en la revista italiana L’Espresso, Ricca integraría la red de influyentes prelados homosexuales.

La clara relación de intimidad entre Ricca y el capitán (N. de la R.: de la Guardia Suiza), Patrick Haari, escandalizaba a muchos obispos, sacerdotes y laicos de ese pequeño país sudamericano (N. de la R.: Uruguay), incluidas las religiosas que se ocupaban de la nunciatura“, sostiene Magister.

Aquel texto de Magister agregó: “En el Vaticano han promovido de manera activa una operación de encubrimiento, frenando las investigaciones desde esa época hasta hoy, ocultando los informes sobre el nuncio y manteniendo inmaculada la hoja de servicios de Ricca, facilitando de este modo una nueva y prestigiosa carrera“.

¿Verdadero o falso? En tanto, Pell cayó en desgracia.

Los defensores de Pell -el caso de la web InfoVaticana- afirman que él es víctima de sus posiciones críticas a las reformas iniciadas por Francisco. También denuncian una suerte de ‘doble estándar‘ en las defensas que realiza Vaticana de sus miembros.

Y que por ese motivo no se consideró que la acusación -contra Pell- se basó en el testimonio de una víctima que implica a otra víctima que nunca denunció los hechos y murió de una sobredosis de drogas en 2014.

Cuando a la defensa de Pell se le impidió presentar un video animado de 19 minutos, que trataba de reconstruir los hechos y supuestamente demostraba que Pell no podía haber cometido los abusos, se insistió en que era un caso ‘político’ y no ‘moral’.

Ahora, bien, al elaborarse un contraste entre Zanchetta y Pell se insiste en que al australiano se le otorgó una licencia para enfrentar un juicio por abuso de menores. Pell se dirigió, de inmediato, a Australia para enfrentar los cargos, de los que fue encontrado culpable. Pero en ningún momento, durante el proceso judicial, Pell pidió un certificado de trabajo para regresar al Vaticano entre audiencia y audiencia, u otro beneficio en su condición de dignatario vaticano.

El polémico texto de InfoVaticana:

Podría llamarse “Historia de dos prelados acusados”. Nos referimos al llamativo contraste entre el trato otorgado al cardenal George Pell, que cumple condena tras serle denegada la apelación de un juicio en el que fue hallado culpable de abusos cometidos hace décadas sobre la única declaración del denunciante, sin testigos ni pruebas, y con una secuencia de hechos absolutamente inverosímil, y el que recibe de Roma, Gustavo Zanchetta.

Cuando al fin se supo que no era solo “abuso de autoridad”, sino abusos y acoso homosexual, el portavoz de la Santa Sede aseguró que de eso no sabían nada en la Curia, aunque algunas fuentes con nombre y apellidos aseguraran lo contrario. También se anunció que la suspensión de Zanchetta en su nuevo y flamante cargo.

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A Zanchetta, obispo emérito de Orán por obra y gracia personalísimas de Su Santidad, se le admitió sin problemas la mentirijilla de que renunciaba por una extraña enfermedad, tan urgente que ni aun tiempo tuvo de despedirse de sus sacerdotes, no digamos de sus feligreses. Luego se reconoció en Roma que había sido “por abuso de autoridad” y mala gestión, lo que no impidió al Santo Padre darle refugio en su propia casa, Santa Marta, e inventar para él un puesto de prestigio en el departamento que gestiona las numerosas propiedades inmobiliarias de la Santa Sede, la APSA.

Al parecer existían unas fotos en el móvil de Zanchetta en las que el prelado aparecía en actitudes obscenas y muy poco episcopales que llegaron a conocimiento del Santo Padre, quien preguntó por ellas al emérito. Zanchetta aseguró que le habían ‘hackeado’ el móvil. Su Santidad le creyó, aunque es difícil imaginar cómo podría un ‘hacker’ hacer que en un móvil apareciera la foto de un obispo desnudo e insinuante si no se la ha hecho previamente.

En cualquier caso, las víctimas de los abusos homosexuales de Zanchetta llevaron el caso a los tribunales, que iniciaron la causa penal contra el obispo. Inicialmente, el tribunal aplicó las restricciones habituales de movimientos al acusado, incluyendo la retirada del pasaporte, pero se las levantaron por motivos de trabajo, con la obligación de volver en una fecha determinada.

Zanchetta estuvo ese tiempo en Roma, regresó cuando correspondía, y ahora el Vaticano ha vuelto a solicitar su presencia ante los magistrados mediante un documento en el que asegura que el obispo debe “incorporarse a su trabajo” en la Curia. El documento lleva la firma del ‘sostituto’ de la Secretaría de Estado, el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra.

La pregunta obvia es: ¿qué trabajo? Porque, o nos contaron una mentira al decir que había sido suspendido de su puesto de la APSA cuando se descubrieron los abusos, o están mintiendo ahora a la magistratura argentina al pretender que tiene un cargo que cumplir como excusa para traerlo de vuelta a Roma. Tertium non datur.

En el caso de Pell, en cambio, el Vaticano ‘respeta’ escrupulosamente la extraña decisión de la Justicia australiana, que tiene soliviantados y perplejos a muchos juristas a los que la persona de Pell o la propia Iglesia ni les van ni les vienen.

El problema es que lo que corresponde ahora es que Roma, tratándose nada más y nada menos que un cardenal, debería incoar su propio juicio canónico. Pero la idea es simplemente de pesadilla. Porque con las mismas ‘pruebas’ y testigos -o su absoluta ausencia-, y con la improbable declaración del denunciante -que bien podría negarse a repetir su alegato ante un tribunal eclesiástico- tendrían que declarar a Pell culpable, condonando así un juicio que no ha reunido las mínimas garantías jurídicas y suscitando las sospechas de que Roma se doblega a la presión política; o inocente, con lo que estaría dando una solemne bofetada al sistema judicial australiano.”

Es obvio que la pregunta es: ¿Y por dónde entra Jesús en toda esta historia? Ni idea.

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