La escuela de pensamiento judío de los fariseos afirmaba que su movimiento nació en el período en que fueron esclavos de caldeos y persas (587 a. C. a 536 a. C.). Algunos los consideraban sucesores de los asideos, precursores del judaísmo rabínico.
Los asideos (del griego Asidaioi, “piadosos“) fueron un partido religioso judío, que decían de sí mismos ser los guardianes de la Ley de Moisés contra la invasión de las costumbres griegas, en tiempos de los Macabeos.
Según el libro deuterocanónico -textos y pasajes que aparecen en la Septuaginta, Biblia griega datada entre los años 280 y 30 a.C.—, el problema entre los seguidores de Judas Macabeo y los escribas y los asideos era la relación con los asirios.
Dicen que el Sumo Sacerdote Alcimo asesinó a 60 asideos en un día, acusándolos de fomentar “guerras y rebeliones, para no dejar que el reino viva en paz“.
Hacia el año 150 a.C, según Flavio Josefo, los asideos se dividieron en dos grupos bien diferenciados entre sí,
- los fariseos y
- los esenios.
Luego del sitio de Jerusalén y la destrucción del 2do. Templo en el año 70 d. C., el movimiento fariseo arrebató el control del judaísmo a los saduceos (o zadokitas), y transformó la base litúrgica y ritual.
A diferencia de los saduceos (o zadokitas), los fariseos lograron que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de los judíos.
El más alto representante del judaísmo era el Sumo Sacerdote, cargo que debido a la destrucción del templo se volvió innecesario; así el culto pasó a la sinagoga (en hebreo, ‘beit knéset‘ o ‘casa de reunión‘).
De los antiguos fariseos surgió la línea rabínica ortodoxa de los doctores de la ley que fue la que redactó los distintos Talmud.
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque recorren mar y tierra para hacer un solo prosélito y, cuando lo logran, le hacen un hijo del infierno dos veces más que ustedes.”
Mateo 23:8-15
Historia
Los ejes de la doctrina farisea eran:
- El Destino influía en los hombres, pero estos podían decidir lo que querían hacer con su vida.
- No todo acababa con la muerte, sino que las almas seguían viviendo.
- Las almas de los malos eran confinadas en el Infierno para recibir su castigo, mientras que las de los buenos eran premiadas.
- Las almas de los buenos recibirían un nuevo cuerpo. No se trataba de una sucesión de cuerpos humanos mortales -tal como sucede en las diversas visiones de la reencarnación- sino de un cuerpo para toda la eternidad.
- Creían en la obligación de obedecer su tradición interpretativa de obligaciones religiosas: oraciones, ritos de adoración, etc.
- Buscaban obtener influencia política en la vida de Israel aunque después de Herodes perdieron influencia.
Es necesario volver al comienzo.
Los fariseos se opusieron a la política del Sumo Sacerdote, Juan Hircano (134 a. C. a 104 a. C.), a quien respaldaban los saduceos.
Juan Hircano parecía un rey pagano, y el líder fariseo Eleazar exigió que Juan Hircano renunciara al Sumo Sacerdocio, y se enfrentó a los saduceos.
La crisis fue más intensa durante los reinados de los hijos de Juan Hircano, Aristóbulo I (104 a. C. a 103 a. C.) y Alejandro Janeo (103 a. C. a 76 a. C.), quien reprimió un levantamiento popular e hizo crucificar a 3.000 fariseos.
La viuda de Alejandro Janeo, Alejandra Salomé, reinó del 76 a. C. al 67 a. C., rehabilitó a los sacerdotes fariseos y los incorporó al Sanedrín.
La reina nombró a su hijo Hircano II como Sumo Sacerdote, con el apoyo fariseo.
Su otro hijo, Aristóbulo II se proclamó rey a la muerte de Alejandra y depuso a Hircano II, quien con Aretas III, rey de los nabateos, y ayudado por los fariseos, sitió Jerusalén en el 65 a. C., pero fue derrotado por los romanos, que apoyaron a Aristóbulo II.
Luego, el idumeo Antípatro, colaborador de Hircano II, negoció el apoyo del general romano Pompeyo, quien tomó Jerusalén en el 63 a. C., se llevó a Roma a Aristóbulo II y reinstaló como Sumo Sacerdote a Hircano II, dejando a Antípatro en la gestión de Judea.
Muerto Pompeyo, Julio César nombró a Hircano II etnarca de Judea y al hijo de Antípatro, Herodes, gobernante militar de Galilea.
En el 40 a. C., Antígono Matatías, hijo de Aristóbulo II, con apoyo del Imperio parto y de los saduceos, tomó el poder, detuvo y mutiló a Hircano II.
Herodes fue en busca del general romano Socio, retomaron Jerusalén en el 37 a. C., y Herodes fue rey entre el 37 a.C. y el 4 a. C. y contrajo matrimonio con Mariana, hija de Hircano II, a quien luego ejecutó, provocando la ruptura entre los fariseos y la dinastía herodiana.
En el 4 a. C. el fariseo Saddoq y Judas el Galileo se rebelaron, pidiendo no pagar impuestos a Roma.
El hijo de Herodes, Herodes Arquelao, y el jefe militar romano Varo reprimieron el levantamiento con 2.000 crucifixiones.
Luego ocurrió la rebelión de los zelotes, que eran fariseos ultranacionalistas, quienes promovieron el alzamiento en armas, y todo acabó con el suicidio colectivo en la asediada Masada (año 73 d. C.).
Demasiada política, traiciones por doquier, abundancia de intriga y violencia, por cierto que avaricia, y todo en nombre de Jehová. Ningún ejemplo positivo a los romanos paganos.
Por si faltara algo, los fariseos se enfrentaron a Juan el Bautista y a Jesús de Nazaret.
El Nuevo Testamento menciona que Pablo de Tarso era fariseo antes de convertirse al cristianismo.
Mateo 23:16-22
Jesús
Las críticas de Jesús a los fariseos, escribas y doctores de la Ley aparecen en los Evangelios de Lucas y Mateo.
En el Evangelio de Marcos, son críticas a los escribas.
Son 7 críticas en el Evangelio de Mateo, quien había sido publicano o recaudador de impuestos y conocía de cerca toda la trama de relaciones que sostenía las finanzas de Judea.
Son 6 críticas en el Evangelio de Lucas, médico y primer historiador cristiano.
En Mateo, las críticas de Jesús suceden luego de su ingreso a Jerusalén, antes de la crucifixión.
En Lucas, después de la enseñanza del Padrenuestro y cuando los discípulos fueron enviados a predicar.
Las críticas se enfocan en la hipocresía y el perjurio.
Pero Mateo afirma que Jesús ya los había criticado por tomar los primeros puestos en los banquetes y las sinagogas, por vestir ropas ostentosas y animar al pueblo a llamarlos ‘rabí‘ (maestro de la Torá, que acumula 613 preceptos).
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpian lo de afuera del vaso o del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno. ¡Fariseo ciego! ¡Limpia primero el interior del vaso para que también el exterior se haga limpio!”.
Mateo 23:23-26
La batalla
Hilel o Hillel, llamado Hilel el Anciano y más conocido como Hilel el Sabio (110 a. C.al 10 d. C.) fue un eminente rabino y maestro judío, el primer erudito que sistematizó la interpretación de la Torá escrita.
Fue el jefe de los fariseos, fundador de una escuela en la que se enseñaba que la fe era por el conocimiento de las Escrituras.
Según el Talmud, que redactaron sus descendientes, él nació en Babilonia, fue formado en Jerusalén, con un gran énfasis en el cumplimiento de las normas éticas y la piedad personal.
También fue el inventor del prosboul o prozbol, para evitar que en el caso de ciertos préstamos se aplicara la ley bíblica que ordenaba la liberación de deudas y la restitución de propiedades cada 7 y cada 50 años.
El dato no es menor para comprender las prioridades de los fariseos.
Shamai (50 a.C al 30 d.C.) fue otro maestro religiso importante, cuyo legado se relaciona a la principal obra de la literatura rabínica, la Mishná.
Shamai evaluó el daño cultural y religioso que el Imperio Romano le causaba a los judíos y estableció muchas reglas que intentaban mantenerlos lejos de las costumbres paganas.
Las escuelas de Hilel y Shamai fueron famosas por sus disputas en los días de Jesús, quien en varias ocasiones aprovechó para exponer esas contradicciones.
La historia judía muestra que, a veces, los choques eran hasta pintorescos. Por ejemplo, si debía decirse a la novia, en el día de la boda, que es hermosa, a pesar de que esto no fuese cierto. La escuela de Shamai sostenía que estaría mal mentir. La escuela de Hilel sostenía que una novia siempre es hermosa en el día de su boda (Talmud, Ketuvot 16b-17a), y ganó la disputa.
Después de la renuncia de Menahem el Esenio al cargo de Av Bet Din (jefe del tribunal, cargo que se ubicaba inmediatamente debajo del Nasi, o presidente del Sanedrín), Shamai fue elegido en su lugar. Hilel ocupaba la presidencia.
Al fallecer Hilel, Shamai ocupó el cargo de presidente sin que se eligiera un vicepresidente, y obtuvo el control absoluto, aprobando 18 ordenanzas en conformidad con sus ideas.
El nieto de Hilel, Gamaliel -maestro de Saulo de Tarso, luego convertido en el apóstol Pablo- ocupó la presidencia del Sanedrín después de la muerte de Shamai, aunque el Sanedrín continuó siendo dominado por la escuela de Shamai hasta el año 70 aproximadamente. Pero luego prevaleció la de los descendientes de Hilel.
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos, y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los profetas’. Así dan testimonio contra ustedes mismos de que son hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡ Colmen también ustedes la medida de sus padres!
Mateo 23:27-32
El libro
Michael Gryboski, reportero de Christian Post, acaba de publicar una nota sobre el más reciente libro del pastor Robert Tillman Kendall, “You Might Be a Farisee If…” (Tú podrías ser un fariseo si… ).
Kendall menciona 25 acciones de los cristianos de 2021 que Jesús reprendería.
Según Kendall, a menudo no somos tan diferentes a aquellos fariseos.
En el lenguaje moderno, un fariseo se considera a alguien que es hipócrita en temas religiosos o santurrón o formalista.
Kendall explica que se inspiró para escribir el libro en un debate teológico por correspondencia que él intercambió con el prominente líder judío, el rabino David Rosen.
En su libro, Kendall escribió que Rosen creía que a la palabra “fariseo” se le dio un significado injustamente negativo en el Nuevo Testamento.
Los 25 ejemplos de comportamiento fariseo enumerados por Kendall incluyen, por ejemplo:
- “Estimamos ‘la forma en que siempre lo hemos hecho’ por encima del cambio, incluso cuando este último no es herético”.
- “Nos preocupa más defender nuestra teología que ayudar a las personas”.
- “Nos especializamos en cuestiones menores”.
- “Nos encanta señalar con el dedo”.
- “No practicamos lo que predicamos”.
- “Nos motiva el dinero”.
- “Llamamos a otra persona un ‘fariseo'”.
“Lo interesante es que, cuando envié el manuscrito a cuatro o cinco amigos, cada uno de ellos, sin excepción, me respondió y dijo: ‘tu libro me hizo ver que ‘estoy fariseo‘”, recordó.
“Hay fariseísmo en todos nosotros porque todos somos por naturaleza santurrones y esto simplemente aparece todo el tiempo. Aparece en mí y no estamos exentos de ello, pero es algo de lo que debemos ser conscientes y evitar”, explicó.
“Todo el mundo por naturaleza nace con una actitud de justicia propia. Estoy seguro de que los fariseos a los que se refirió Jesús no se convirtieron en absoluto. Ellos pensaban que llegarían al Cielo por sus buenas obras”, dijo Kendall a Gryboski.
“Hay personas inconversas que piensan que sus buenas obras los salvan y luego, tristemente, también hay cristianos que, por teología defectuosa, todavía confían en sus obras“, agregó.
Algunos escritores cristianos, entre ellos Dan Delzell, pastor de la Iglesia Wellspring, en Papillion, Nebraska, han sentido la necesidad de abordar la preocupación de las tendencias fariseas modernas, según Gryboski.
En un artículo de opinión publicado en 2018, Delzell planteó 5 preguntas para hacerse a sí mismo para determinar qué tan fariseo podría ser uno:
- ¿Existe alguna categoría de personas que sean “más pecadores” que yo?
- ¿Tiene la historia de Simón el fariseo relevancia para otros, pero no tanto para mí?
- Cuando las Escrituras identifican ejemplos de pecado, ¿tiendo a pensar en los pecados de los demás en lugar de en mi propio pecado?
- ¿Hay alguien con quien estoy enojado en este momento que necesite cambiar más que yo?
- ¿Me sorprendería ver a Jesús aceptar a ciertos pecadores si ellos vinieran a Él con arrepentimiento y fe?
“Si usted respondió ‘Sí’ a una de estas preguntas, entonces ha identificado ‘un pequeño fariseo’ en usted”, agregó Delzell. “Y si respondió ‘Sí’ a más de una pregunta, entonces el fariseo que hay en usted es probablemente mucho más activo de lo que cree“.
Kendall dijo que esperaba que su libro ayudara a los predicadores a tener una mayor conciencia de su propia propensión a ser fariseos, ayudando así a sus esfuerzos ministeriales.
“Espero que ellos mismos sean conscientes y los hagan amables con su gente, aquellos con quienes hablan, predican, dirigen“, dijo.
“Ser conscientes de que todos somos así, para ser menos críticos y más humildes, más amables al hablar con quienes nos siguen“, concluyó.
