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Aborto + Enseñanza Religiosa: El Reino de Dios y Trump 2020

sábado 25/01/2020

Ni Ronald Reagan, ni George W. Bush. Hasta el viernes 24/01, ningún otro Presidente de USA, por muy fuertes que…

Imagen de la Marcha por la Vida a la que asistió Donald Trump en Washington DC.

Ni Ronald Reagan, ni George W. Bush. Hasta el viernes 24/01, ningún otro Presidente de USA, por muy fuertes que fueran sus convicciones religiosas, había participado en la Marcha por la Vida que cada año recorre Washington DC, consecuencia de la decisión de la Corte Suprema de Justicia estadounidense, el 22/01/1973 (casos ‘Roe vs. Wade’ y ‘Doe vs. Bolton’), de reconocer el derecho al aborto. Pero Donald Trump sí lo hizo.

Desde 1974, en enero se convoca a esta manifestación anual para pedir que se revierta aquella decisión judicial. En su 47ma. edición, el lema fue. “La vida empodera: Pro-Vida es pro-mujer“.

La convocatoria congrega a personas de todo el país, desafiando el invierno del Hemisferio Norte. No fue el caso en 2020 porque las cuatro horas que duró la manifestación fueron acompañadas por la meteorología, con temperaturas cercanas a 10°C.

En los días anteriores a la Marcha ocurrieron 25 movilizaciones en otras ciudades del país y otros eventos en Washington, D.C.: una marcha juvenil, vigilias de oración ecuménicas o de distintas denominaciones, exposiciones, cenas benéficas, conferencias, etc.

En una de esas vigilias, el jueves 23/01, el presidente del Comité de Actividades Provida de la Conferencia Episcopal Estadounidense, monseñor Joseph Naumann, compartió con los asistentes que el Papa le había encargado transmitirles su apoyo y su exhortación a perseverar en la defensa del no nacido. “El sucesor de Pedro nos cubre las espaldas“, aseguró Naumann.

El presidente Donad Trump anunció su presencia en 2020 publicando en su cuenta de Twitter un video de 2019 con el siguiente mensaje: «Los veo el viernes. ¡Una gran multitud!».

En los tres años de Trump en la Casa Blanca, él

  • designó jueces Pro-Vida en la Corte Suprema,
  • le quitó fondos a la organización ‘abortista’ Planned Parenthood,
  • propuso una legislación que le permite a los Estados (equivalentes a Provincias) hacer lo mismo,
  • logró evitar que en Ciudad de México se destinara al aborto la ayuda para el desarrollo, e
  • impulsó varias medidas para que particulares e instituciones puedan objetar a la cobertura de salud la contratación obligatoria de anticonceptivos.

Su presencia en la gran manifestación se produjo a 10 meses de las elecciones en las que intentará renovar su mandato y en las que espera obtener el sufragio masivo del movimiento provida.

También coincidió con las primeras sesiones del ‘impeachment‘ o juicio política en su contra que transcurre en el Senado, que lo juzga por posible abuso de poder y obstrucción al Congreso.

El 22/01 también es una fecha importante para la Iglesia Católica Apostólica Romana, que celebró su Jornada Nacional de Oración por la Protección Legal de los No Nacidos, con el lema “Caminar con las madres necesitadas“.

Y del 18/01 al 25/01, la Iglesia Católica Apostólica Romana realizó su tradicional Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. “Sin cansarnos nunca, sigamos rezando para invocar a Dios el don de la plena unidad entre nosotros”, pidió Jorge Bergoglio, para los católicos papa Francisco.

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Los colegios secundarios confesionales participaron activamente de la movilización.
Imagen de la Marcha por la Vida, Washington DC, viernes 24/01/2020.

A favor y en contra

En 2020, Trump no quiso limitarse a apoyar moralmente la Marcha, ni a enviar a su vicepresidente –Mike Pence– ni a intervenir por videoconferencia, tal como hizo en 2018.

Es un profundo honor ser el 1er. Presidente en asistir a la Marcha por la Vida”, proclamó Trump ante miles de activistas. “Los niños no nacidos nunca han tenido un defensor mayor en la Casa Blanca”, insistió Trump, calificando a sus opositores demócratas, indulgentes respecto al aborto, de “extremistas”.

A 10 días de la elección primaria en Iowa, inicio formal del calendario electoral estadounidense, Trump intentó fijar la agenda pública con aquellos temas que él quiere para asegurarse los votos de cara a noviembre 2020.

Sin embargo no todo parece estar saliendo tal como lo desea Trump ya que, según los datos arrojados por Google Trends, los estadounidenses hablan más del ‘impeachment‘ o procedimiento de juicio político al Presidente.

Según esos datos, durante el jueves 23/01 y viernes 24/01, en USA, incluido Washington DC, se googleó más en USA acerca del proceso de juicio político contra Trump que sobre la Marcha por la Vida o la participación de Trump en el evento.

De todos modos, el presidente Trump habló ante una multitud reunida en el National Mall.

“Todos nosotros aquí entendemos una verdad eterna: cada niño es un regalo precioso y sagrado de Dios”, dijo Trump. “Juntos, debemos proteger, apreciar y defender la dignidad y la santidad de cada vida humana. Cuando vemos la imagen de un bebé en el útero, vislumbramos la majestad de la creación de Dios ”.

También elogió a los activistas contra el aborto que “hacen que la misión de su vida sea ayudar a difundir la gracia de Dios”.

El apoyo a Trump fue considerable, con una activa participación de delegaciones de escuelas secundarias católicas y evangélicas de todo el país. Muchos participantes, incluidos algunos que parecían ser clérigos, usaban sombreros rojos y camisas adornadas con el eslogan de campaña de Trump, “Make America Great Again”.

James Gebhart, un seminarista católico romano que estudia en Baltimore, dijo a un cronista de Religion News: “Creo que fue bueno que él viniera aquí para mostrar su apoyo en público y en persona. (Trump) en realidad habla de Dios en sus conversaciones, y reconoce lo que es la vida y reconoce lo sagrado de esa vida. Está dispuesto a decir eso a las personas y a un país que necesita escucharlo“.

“Cristo nos ha llamado a amar a nuestro prójimo… y amar a nuestro prójimo significa velar por el menor de estos”, dijo Ethan Van Buskirk, presidente de CCU for Life (Universidad Cristiana de Colorado por la Vida), liderando una columna de manifestantes contra el aborto que exhibía una pancarta: “Las personas más vulnerables en nuestra sociedad en este momento son los no nacidos“.

Sin embargo, no todos en la multitud apoyaron por completo al Presidente. Un grupo de frailes franciscanos vestidos con túnicas marrones criticó abiertamente las políticas de Trump acerca del cambio climático y la inmigración. El grupo entregó volantes a los manifestantes mientras pasaban y exhibían una pancarta que decía “Elige la vida, no la guerra“.

“El Presidente dijo hoy cada niño es un don precioso y sagrado de Dios. Estoy totalmente de acuerdo. Pero quiero un país que sea 100% Pro-Vida”, dijo Jacek Orzechowski, uno de los franciscanos. “¿No están también los niños en el camino de los huracanes y los incendios forestales y la alteración del clima? El papa Francisco y Greta Thunberg mantienen la posición moral, la posición pro-vida, y el Presidente tiene una posición profundamente anti-vida sobre el cambio climático. ¿No son los niños en la frontera también regalos sagrados de Dios? El Presidente está actuando contra la vida de muchas maneras, actuando contra las enseñanzas morales de la Iglesia Católica sobre el cambio climático, la inmigración, la atención médica y la guerra. Como seguidor pro-vida, encuentro moralmente ofensivo tener al presidente Trump como el principal orador en la Marcha por la Vida”.

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Arriba una delegación evangélica que reclama el sufragio a favor de Donald Trump: Imagen de la Marcha por la Vida, Washington DC, viernes 24/01/2020.

Aborto y Elecciones

El discurso de Trump fue precedido por un mensaje en video del vicepresidente estadounidense Mike Pence y su esposa, Karen, que estaban en Roma después de visitar al papa Francisco.

El vicepresidente dijo en el video que agradeció al Papa “por todo lo que él y los católicos estadounidenses han hecho para defender la santidad de la vida humana en la historia de este movimiento“. Es evidente que el Vaticano hizo mucho más, o ha resultado más eficiente su esfuerzo, por impedir el aborto que por detener la pedofilia de muchos clérigos.

Mientras una letanía de oradores se dirigía a la multitud, los asistentes agitaban carteles con referencias de las Escrituras o lemas religiosos como “Orar para poner fin al aborto” y “Dejar que Dios planifique la paternidad“. Había carteles abiertamente políticos: “Paren el aborto, voten por los republicanos“.

Otros: “Pro-Vida es pro-mujer” o “Voces Pro-Vida para Trump“, una nueva iniciativa anunciada por la campaña de reelección del Presidente. Según los integrantes del comité electoral, el grupo es copresidido por Marjorie Dannenfelser, Susan B. Anthony List, y Frank Pavone, sacerdote católico y director nacional de Priests for Life (Sacerdotes para la Vida).

Desde la designación de jueces pro vida hasta la financiación de Planned Parenthood, el historial del presidente Trump demuestra que es el Presidente más pro vida de la historia”, afirmó Dannenfelser en un comunicado.

En el grupo aparecen Paula White, recientemente nombrada directora de la Iniciativa de Fe y Oportunidades de la Casa Blanca; Ralph Reed, presidente de la Coalición Fe y Libertad; y Tony Perkins, jefe del Consejo de Investigación Familiar.

El discurso de Trump se sumó a una creciente lista de esfuerzos suyos para apuntalar el apoyo de los cristianos conservadores, una de las partes más consistentes de su base electoral.

A principios de enero, Trump habló en una iglesia evangélica en Miami para dar inicio a su iniciativa de campaña “Evangélicos para Trump”, oportunidad en la que también hizo referencia a su oposición al aborto y le dijo a la multitud que cree que “tenemos a Dios de nuestro lado”.

Apenas dos semanas después, la Administración Trump anunció esfuerzos para proteger a los estudiantes que desean orar en las escuelas públicas y facilitar a los grupos religiosos que brindan servicios sociales el acceso a fondos federales.

Trump intenta compensar cualquier pérdida potencial que pueda sufrir entre los evangélicos que, tal como los franciscanos ya mencionados, están frustrados por otras decisiones de su Presidencia.

En diciembre, el entonces editor de Christianity Today, Mark Galli, escribió un editorial explosivo en el que reclamó la destitución de Trump del cargo, explicando que, si bien apreciaba algunas de las políticas conservadoras del Presidente, los argumentos para el juicio político eran sólidos.

“¿Podemos decir con una cara seria que el aborto es un gran mal que no se puede tolerar y, con la misma cara seria decir que el carácter retorcido del líder de nuestra nación realmente no importa al final?”, escribió Galli.

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Imagen de la Marcha por la Vida, Washington DC, viernes 24/01/2020.
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Donald Trump en la Marcha por la Vida, Washington DC, viernes 24/01/2020.

Contra la industria médica

Precisamente en medio del debate cada vez más intenso, Christianity Today publicó que investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) siguieron a 667 mujeres en 30 clínicas después de que recibieron un aborto por decisión propia, descubriendo que la mayoría tenía sentimientos positivos o ninguna emoción hacia su decisión, una semana después (71%) y cinco años después (84%), según un estudio publicado en la revista Social Science & Medicine.

Corinne Rocca, una de las autoras del estudio y profesora de la UCSF, dijo que el estudio demuestra que la idea de que las mujeres desarrollan emociones negativas después de un aborto es un “mito” y una “pista falsa“.

Rocca también ha participado en múltiples estudios de investigación y escribió varios artículos para el Instituto Guttmacher, el brazo de investigación de Planned Parenthood.

Sin embargo, escribiendo para National Review, el investigador Michael J. New señaló que las mujeres que se ofrecen como voluntarias para responder preguntas después de un aborto tienen más probabilidades de ser las que se sienten positivas al respecto, y por lo tanto, los resultados no representan el espectro completo de mujeres que tienen abortos.

New, profesor de la Universidad Católica de América y académico del Instituto Charlotte Lozier Pro-Vida, señaló que, de todas las mujeres a las que se les pidió participar, menos del 40% estuvo de acuerdo, y el 30% de las 667 que participaron habían dejado de responder al final del estudio de cinco años.

Abby Johnson, la ex miembro del personal de Planned Parenthood que se convirtió en defensora Pro-Vida , compartió una observación similar en Twitter: “Aquí es una charla real. El trauma generalmente no se presenta hasta 10-15 años después del evento postraumático. Esas mujeres NO tienen idea de cómo se sentirán acerca de sus abortos muchos años después“.

Los grupos Pro-Vida han cuestionado la conclusión de los investigadores de que la falta de emoción es positiva. Lejos de ser algo bueno, dicen que puede ser evidencia de trauma. Un estudio realizado a principios de la década de los ’90 por investigadores Pro-Vida descubrió que el 92% de las mujeres experimentan cierto nivel de “amortiguamiento emocional” hasta 10 años después de su procedimiento. (Aquel estudio encuestó a 260 mujeres que habían buscado activamente asesoramiento después del aborto).

Julie Roys escribió en Christianity Today en 2015:

En los últimos 20 años, los grupos de recuperación del aborto se han multiplicado en las iglesias de todo el país. Han capacitado a unos 2.500 líderes en iglesias y centros de crisis para embarazadas. Otro importante ministerio de recuperación, Rachel’s Vineyard, organiza alrededor de 1.000 retiros anuales en 48 estados y otros 57 países. Sin embargo, estas estadísticas palidecen en comparación con el número de mujeres post abortivas en la iglesia (sin mencionar a los hombres que lamentan los abortos de sus esposas o novias).

El Instituto Guttmacher informa que los abortos con medicamentos están en aumento, lo que representa más de 33% de todos los abortos registrados en 2017. El protocolo de aborto con medicamentos más utilizado solo se prescribe en el 1er. trimestre e incluye dos medicamentos: uno bloquea al embrión la recepción de progesterona vital. Otro, tomado 24 a 48 horas después, induce la expulsión.

Actualmente, los medicamentos están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA son sus siglas en inglés), y en algunos Estados deben ser administrados por un médico con licencia u otro profesional médico, pero los grupos proabortistas están presionando contra tales regulaciones.

Chuck Donovan, presidente del Instituto Charlotte Lozier, dice temer que los abortos con medicamentos tengan el potencial de causar más trauma que un procedimiento en la clínica, ya que las mujeres pueden sentir más responsabilidad sobre el aborto cuando tienen que tomar el medicamento ellas mismas.

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Todos los colegios católicos fueron movilizados hacia la capital estadounidense.
Imagen de la Marcha por la Vida, Washington DC, viernes 24/01/2020.

Iglesia & Estado

Sin embargo, el tema no es sólo el aborto sino, en definitiva, la relación entre Iglesia y Estado, creciente simbiosis provocada por una coincidencia de intereses seculares de Trump y de ciertos líderes religiosos.

Hay neopentecostales y católicos afirmando que una teocracia cristiana permitiría el Reino de Dios en la Tierra hoy. Es una afirmación contraria a la Biblia desde un enfoque teológico pero que le permite a Trump conseguir muchos sufragios para su proyecto político de reelección.

La Marcha por la Vida coincide con un intenso debate provocado por un expediente judicial (‘Espinoza vs. Montana’) que se tramita en la Corte Suprema de Justicia estadounidense.

Resulta que un programa de crédito fiscal del estado Montana para becas de escuelas privadas fue acusado de ser discriminatorio porque las escuelas religiosas no eran elegibles. Entonces, el Estado eliminó el programa, en lugar de intentar modificar el caso.

Ocurrieron apelaciones y el Estado terminó en la Corte Suprema de USA, con una disputa legal enfocada en si es constitucional la base legal que Montana (y docenas de otros estados estadounidenses) usan para prohibir la financiación pública de la educación religiosa.

Los magistrados escucharán argumentos de ‘Espinoza vs. Montana’ el miércoles 29/01, un caso sobre un programa de becas para educación privada que impide que las instituciones religiosas sean elegibles para ese mecanismo de subsidio.

Los defensores de ambas partes dicen que el resultado podría ser trascendental porque podría conducir a esfuerzos en otros estados para canalizar el dinero de los contribuyentes hacia las escuelas religiosas.

Montana se encuentra entre 37 estados que tienen disposiciones en sus constituciones estatales que prohíben que las escuelas religiosas reciban ayuda estatal, también conocidas como ‘enmiendas de Blaine‘ (N. de la R.: por el representante republicano James G. Blaine, 1830–1893).

Los defensores de las escuelas cristianas dicen que se discrimina a las familias religiosas al bloquearles el acceso a los beneficios gubernamentales y favorecer a la educación secular. También señalan que tales prohibiciones fueron diseñadas históricamente para negar el apoyo a las escuelas católicas (“sectarias“) en particular, y no para evitar que el gobierno respaldara la religión, ya que un ‘ethos‘ protestante siempre fue parte de la educación pública estadounidense.

Al igual que muchos casos de libertad religiosa, el concepto flota buscando un equilibrio entre

  • la Cláusula del ‘Establishment‘ (el gobierno no puede apoyar una fe particular sobre los demás), y
  • la Cláusula del Libre Ejercicio (el gobierno no puede prohibir a los ciudadanos ejercer sus creencias religiosas).

En un informe a la Corte Suprema, el Departamento de Ingresos de Montana argumentó que “diferentes Estados, con diferentes legislaturas y diferentes constituciones, llegaron a diferentes políticas“, que “es algo para celebrar, no aplastar“.

Diana Verm, abogada principal del Fondo Becket para la Libertad Religiosa, que presentó un escrito de ‘amigo de la corte‘ (friend-of-the-court) en apoyo de los demandantes, cuestionó que Montana había ido demasiado lejos con su disposición de “no ayuda”.

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“Voces Pro-Vida por Trump”: Imagen de la Marcha por la Vida, Washington DC,
viernes 24/01/2020.

El tema mereció otros análisis.

Por ejemplo, es impactante la reflexión de Jason Hines, abogado con un doctorado en Religión, Política y Sociedad del Instituto J.M. Dawson de Estudios Iglesia-Estado en la Universidad de Baylor, que publicó en la revista Spectrum:

“Ayer (22/01), la Corte Suprema escuchó argumentos en el ‘caso Espinoza v. Departamento de Ingresos de Montana’, un caso que podría alterar drásticamente la jurisprudencia bajo la Cláusula de ‘Establishment’. Si los peticionarios ganan este caso, podríamos estar viviendo en una realidad legal en la que los Estados pueden verse obligados a usar fondos públicos para apoyar la instrucción religiosa en las escuelas. Mientras pensaba en este caso y en cómo desdibuja la línea de separación entre la Iglesia y el Estado, recordé una frase que a menudo usan los defensores conservadores de la libertad religiosa: “Libertad de religión no significa libertad de religión”.

La declaración es un estribillo común de evangélicos conservadores que claman por más influencia política religiosa. Les gusta citar el hecho de que la frase “separación de la Iglesia y el Estado” no aparece explícitamente en la Constitución, y David Barton -N. de la R.: activista político evangélico, fundador de WallBuilders, LLC, una organización que promueve teorías poco ortodoxas acerca de las bases religiosas de USA- (…) argumenta que los Padres Fundadores basaron su gobierno directamente en la Biblia.

Creo que esta idea está mal. La libertad de religión por definición debe significar libertad de la religión, o no hay libertad de religión en absoluto. Hay varias formas de abordar esta afirmación falaz. Podríamos examinarlo y desacreditarlo desde ángulos históricos o políticos. Pero creo que es igual de importante (si no más) hablar sobre por qué la libertad de / desde la religión es el eje sobre el cual descansa el evangelio.

La Biblia está repleta de mensajes implícitos sobre la importancia de la elección.

En Josué 24:15, el patriarca les dice a los hijos de Israel: “escoged hoy a quienes serviréis …”.
En 1 Reyes 18:21, Elías dice al pueblo: “¿Hasta cuándo dudarán entre dos opiniones? Si el Señor es Dios, síganlo; pero si es Baal, síganlo”.
En Apocalipsis 3:20, Dios dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo”.

Dios no es un Dios de fuerza o compulsión. Dios con toda su omnipotencia nos dice en Isaías 1:18:

“¿Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto
—dice el Señor—.
Aunque sus pecados sean como la escarlata,
yo los haré tan blancos como la nieve.
Aunque sean rojos como el carmesí,
yo los haré tan blancos como la lana.”.

¿Qué tan genial es eso? Dios no está tratando de forzarnos a una relación, y quiere que sepamos que lo que nos ofrece tiene sentido. Quiere razonar con nosotros.

Dios no está tratando de forzarnos. Él no quiere hacernos elegirlo. Él se para pacientemente en la puerta, tocando, esperando que le contestemos y lo dejemos entrar. Ahora, ¿tiene algún sentido que un Dios que diría que somos libres de elegirlo una vez que escuchemos su razonamiento se volviera a decir que usted no puede liberarse de Él también? Este es el riesgo que Dios ha tomado al darnos libertad. Observe lo que Elías le dice a la gente en el monte Carmelo. El problema de Elías no es que los hijos de Israel hayan tomado la decisión equivocada. El problema es que no habían tomado una decisión.

Los evangélicos conservadores no parecen reconocer el simple hecho de que si tienes libertad de religión, significa que tienes la libertad de rechazar toda religión y ser libre de ella. Todas esas opciones están sobre la mesa.

Si no lo son, entonces realmente no hay otra opción. Aquí está la parte fascinante de todo: aquellos que intentarían usar el poder del gobierno para obligar a las personas a vivir como Dios lo diseñó, o usar el gobierno para obligar a las personas a cargar con la carga de su propia imposición sobre la conciencia de los demás, en realidad están trabajando con propósitos cruzados con el mismo Dios, dicen que creen y siguen.

Por muy bien intencionados que sean los motivos, parece que podemos estar tan ocupados luchando por Dios que nos olvidamos de verificar si Dios alguna vez nos pidió que peleemos por Él (o pelear por Él de esta manera). Y en el proceso presentamos una imagen de quién es Jesús que no podría estar más lejos de la verdad, lo que en realidad lleva a las personas a elegir liberarse de la religión.

Sin embargo, es una lástima, porque no creo que muchas de esas personas quieran liberarse de la religión o de Jesús, solo quieren liberarse de nosotros.”

"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres."

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